«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Director de Rius TV en YouTube. Trabajó antes en La Vanguardia y en El Mundo. Director de e-notícies durante 23 años.
Director de Rius TV en YouTube. Trabajó antes en La Vanguardia y en El Mundo. Director de e-notícies durante 23 años.

El declive de Europa

29 de enero de 2025

La primera vez que intuí que Europa estaba en declive fue hace más de veinte años. Era diciembre del 2004. Un día leí que Lenovo compraba la división de ordenadores portátiles de IBM. Apenas una columnista, si no recuerdo mal, en La Vanguardia. Yo, entonces, no sabía ni que era Lenovo. Una empresa china. El gigante asiático —o uno de los gigantes— en fabricación de PC. IBM, en cambio, era una multinacional de renombre.

Mi padre, en los años 70 y 80, tenía una IBM. Era el no va más en máquinas de escribir. Eléctricas. Tenían un cabezal esférico que golpeaba el papel y lo hacía nítidamente. Los que sean de mi generación (cosecha del 63) se acordarán sin duda. A mí me gustaba ver aquella bola girar a velocidad de vértigo.

No sabía ahora si IBM sigue existiendo —he tenido que mirarlo en Google antes de escribir esta columna— pero es evidente que ha perdido el mercado de máquinas de escribir y el de ordenadores portátiles.

La segunda vez fue con la pandemia. Todo el mundo andaba como loco importando mascarillas de China. Algunos, por cierto, con pingües beneficios. E incluso con elevadas comisiones de por medio. No miro a nadie. Sobre todo en los aledaños del PSOE. ¿Ni siquiera teníamos capacidad para fabricar algo tan sencillo como una mascarilla?

El tercer mazazo ha sido con la inteligencia artificial. Tanto hablar de ChatGPT o de Gemini y hemos descubierto DeepSeek. Desde luego con limitaciones. No preguntes sobre la democracia en China. Además, yo creo que los chinos han esperado a la toma de posesión de Trump para dar el golpe.

A mí, como se pueden imaginar, me gustó su discurso de toma de posesión. Excepto en una cosa: cuando iba prometiendo una nueva golden age, una edad dorada en los Estados Unidos.

Es cierto que ha empezado firmando órdenes ejecutivas a diestro y siniestro. Dejando claras cuáles son sus prioridades. Sobre todo en inmigración. Donde no se anda con chiquitas. Los cien días de Trump pueden superar con creces los de Roosevelt. Pero en política, como en el fútbol, no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo.

En fin, da igual. Tampoco hay que ser un genio para darse cuenta de que Europa está en franco declive. A veces me preguntó si somos el Imperio Romano a finales del siglo V. Al fin y al cabo, Europa es fruto la cultura judeo-cristiana. Y los romanos tampoco intuían que estaban en decadencia.

La presidenta del Banco Central Europeo, la francesa Christine Lagarde, por ejemplo, hacía un llamamiento el otro día en Davos a los «talentos» desencantados con Trump a venir a Europa.

Debía decirlos por alguno de esos actores de Hollywood rebotados. Los mismos que criticaban a Trump o defendían a capa y espada la inmigración desde su mansión en Hollywood. El único inmigrante que deben ver es el que les cuida la piscina y el jardín. Así cualquiera.

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