«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

El desencanto

16 de mayo de 2021

De cuando en cuando – el enemigo no ceja en su infinita capacidad de equivocarse-, Israel se tiene que defender de los ataques terroristas de Hamás. Y cuando lo hace, cunde el desencanto en un elevado porcentaje de los medios de comunicación españoles. En seis días, el Ejército de Israel, bajo el mando del general Moshe Dayan, que llevaba un parche cubriendo un ojo perdido como el general Millán-Astray, derrotó a la RAU, la República Árabe Unida de Nasser, cuyo principal actor era Egipto. Aquella RAU desapareció coincidiendo con su ridícula derrota. Un Ejército poderoso, bien armado, financiado por todos los países árabes, atacó Israel con el amable propósito de extinguir a la nación hebrea, y en menos de una semana, la guerra había terminado. Moshe Dayan que era un militar excepcional al tiempo que inmodesto, en esta ocasión se quitó las medallas y se alejó del mérito personal. “Cuando el patriotismo, la inteligencia y la razón son partes consustanciales en un Ejército, siempre terminan por imponerse a la fuerza del odio”. 

Hoy, el antisemitismo del periodismo español ha crecido, como la estupidez, la majadería y la desvergüenza de muchos periodistas

En aquel tiempo la SER la dirigía Eugenio Fontán, la presidía Antonio Garrigues Díaz-Cañabate, y era la cadena radiofónica más libre, abierta y poderosa de España. Y mantuvo el equilibrio emocional durante los seis días de la guerra, que tampoco es mérito sobrado, porque seis días pasan con mucha rapidez. Cuando el progresismo lerdo se adueñó de la cadena del Carrusel Deportivo, ya al socaire de El País y del inteligente empresario Jesús de Polanco, la animadversión del grupo representante de la izquierda española hacia Israel se convirtió en una obsesión enfermiza y enfermada. Resultaba divertida la incoherencia.

Una noche, en la maravillosa casa comillana de los barones de Güell, Gerramolinos, en la ría de la Rabia, compartí tertulia con Jesús de Polanco, Iñigo Oriol, Agustín Muñoz-Grandes, ya general de Brigada, y Pancho Pérez, íntimo amigo de Polanco y uno de los mayores accionistas de Prisa. En esa tertulia, Polanco reconoció su pertenencia ideológica a la derecha. “Pero El País y la SER son de izquierdas, porque en la izquierda está el negocio”. Todavía no se había producido el “Antenicidio” de Antena 3, y Polanco habló con sinceridad. “Competir con la prensa conservadora, representada por ABC, y las cadenas de radio liberales y de derechas, como la COPE, Radio Intercontinental, Antena 3 y otras, es competir con lo ya establecido. De ahí la orientación al socialismo de Prisa. Como dirían los Corleone, es una cuestión de negocio”. Un extraordinario negocio que resultó invencible hasta el fallecimiento de Polanco.

Israel representa todo lo que aparentemente el socialismo está obligado a defender. La democracia, los Derechos Humanos, el trabajo

El diario El País, fundado por Fraga Iribarne, y que aguardó a la muerte de Franco para salir a la calle, tenía dos directores in péctore: Carlos Mendo y Darío Valcárcel. Fraga era Embajador de España en Londres, y Juan Luis Cebrián, de familia falangista y ex subdirector de “Informaciones”, el periódico de la Banca, dirigido por el caballeroso Jesús De la Serna, entrevistó para la revista Gentlemen a Fraga. Una entrevista que resultó ser un masaje con final feliz. Fraga cambió de opinión, y pensó en Cebrián para El País. Hábilmente, Polanco se hizo con la mayoría del accionariado, y Prisa, por negocio, se convirtió en el portavoz de la izquierda con el presidente más de derechas del mundo. Uno de sus principales rasgos, el antisemitismo, el abrazo y el apoyo al mundo musulmán, tan preferido por las izquierdas españolas, lo que tanto indignaba a Enrique Múgica, el honesto socialista donostiarra con hondas raíces hebreas. 

Han pasado decenios, y el negocio –un negocio en venta-, persiste en su antisemitismo. Israel representa todo lo que aparentemente el socialismo está obligado a defender. La democracia, los Derechos Humanos, el trabajo, la universalidad de un pueblo y la modernidad del sistema. Pero no. El negocio no se ha enterado aún de que el negocio de Hamás, de la Yihad, de Irán, de los talibanes y de Boko Haram no es adaptable a la libertad de Occidente. Sin Israel defendiéndose de sus enemigos del siglo XI, Prisa no existiría. Es lo que sucede cuando un grupo periodístico nació de la necesidad de ganar dinero haciéndose pasar por lo que no era. Hoy, el antisemitismo del periodismo español ha crecido, como la estupidez, la majadería y la desvergüenza de muchos periodistas. Pero Israel se defiende y seguirá ganando con el patriotismo, la razón y la inteligencia frente a la barbarie medieval.

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