«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Amando de Miguel es catedrático emérito de Sociología en la Universidad Complutense (Madrid). Siguió estudios de postgrado en la Universidad de Columbia (New York). Ha sido profesor visitante en las Universidades de Texas (San Antonio) y de Florida (Gainesville). Ha sido investigador visitante en la Universidad de Yale (New Haven) y en El Colegio de México (DF). Ha publicado más de un centenar de libros y miles de artículos. El último libro publicado: Una Vox. Cartas botsuanas (Madrid: Homo Legens, 2020). Su último trabajo inédito: “La pasión autoritaria de los españoles contemporáneos”.
Amando de Miguel es catedrático emérito de Sociología en la Universidad Complutense (Madrid). Siguió estudios de postgrado en la Universidad de Columbia (New York). Ha sido profesor visitante en las Universidades de Texas (San Antonio) y de Florida (Gainesville). Ha sido investigador visitante en la Universidad de Yale (New Haven) y en El Colegio de México (DF). Ha publicado más de un centenar de libros y miles de artículos. El último libro publicado: Una Vox. Cartas botsuanas (Madrid: Homo Legens, 2020). Su último trabajo inédito: “La pasión autoritaria de los españoles contemporáneos”.

El fracaso del Derecho Internacional

17 de noviembre de 2021

Cuando yo estudiaba la carrera (de esto hace más de 60 años), el Derecho Internacional estaba, ya, considerado como una especialidad jurídica muy poco operativa. Se estudiaba, más bien, como una especialidad académica, próxima a la Filosofía política. Desde entonces, han proliferado vistosos “tribunales internacionales”, aunque, su efectividad deja mucho que desear.

Es claro que, en la sociedad actual, ha desaparecido el esquema colonial o imperialista, que funcionó durante siglos con una u otra potencia hegemónica. Es igual, hoy como ayer, en el mundo, siguen siendo dominantes unos pocos países. Fundamentalmente, son los que conservan el derecho de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Pululan por los siete mares miles de pesqueros chinos, que faenan, impunemente, en las aguas pertenecientes a otras naciones, incluidas las de la reserva natural de las Islas Galápagos. Estamos ante la versión hodierna de los antiguos corsarios. También, hay pesqueros franceses o españoles que se aprovechan de las aguas nacionales de otros Estados. Por cierto, este fenómeno de la pesca ilegal en aguas ajenas se debe a que los naturales de muchos países no quieran dedicarse a la pesca, al tratarse de un trabajo muy duro. Este decaimiento de la ética del trabajo explica el trasiego de las corrientes migratorias, en gran medida de forma ilegal, con beneficio de misteriosas mafias.

Clama al Cielo la acción de verdadera piratería que ejercen las autoridades de Bielorrusia y Rusia sobre la frontera polaca

El asalto masivo a las fronteras de algunos Estados (entre ellos, España) es incesante y creciente por las bandas de inmigrantes ilegales. Ese movimiento resulta imparable; funciona como un estímulo para ulteriores invasiones. La razón es que muchos asaltantes no suelen ser tratados como delincuentes, sino como sujetos de una espacial atención del Estado de bienestar de los países de arribada. En este momento, clama al Cielo la acción de verdadera piratería que ejercen las autoridades de Bielorrusia y Rusia sobre la frontera polaca.

Hay casos singulares, que no merecen ninguna atención por parte del Derecho Internacional. Por ejemplo, Marruecos puede, bonitamente, cerrar el grifo del oleoducto Argelia-España, que atraviesa su territorio.

Pasó la época de las expediciones militares de un país contra otro, pero, habrá que estar atentos a las nuevas versiones pacíficas. China no se abstiene de proclamar su intención de invadir Taiwán (la antigua Formosa). Bien es verdad, que los Estados Unidos de América han advertido que no consentirán tal acto de fuerza. Pero ¿con qué título? Solo, sabemos que una declaración parecida la hicieron los Estados Unidos de América respecto a Vietnam o Afganistán. En ambos episodios, se retiraron con ignominia. ¿Por qué van a ser más firmes en el caso de Taiwán? Más razones hay para que las tropas españolas se apoderen de la roca inútil de Gibraltar, realmente, un paraíso fiscal.

Disfrutamos, hoy, en el mundo, de una selecta concurrencia de fundaciones, organismos e instituciones de cooperación internacional. No obstante, la pandemia del virus chino ha demostrado el fracaso de todos esos acrónimos a la hora de implementar un plan conjunto contra la enfermedad. También, es verdad que, hablando de fallos de la colaboración internacional, nada como el desastre de la reciente “cumbre” de Glasgow sobre el cambio climático. Uno de los escasos avances ha sido tan caótico como acordar que la energía nuclear es un sistema “verde” de producción de electricidad. En definitiva, el cónclave de los 400 aviones privados ha significado el auténtico ludibrio del bodrio del manubrio.

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