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Enrique García-Máiquez (Murcia, pero Puerto de Santa María, 1969). Poeta, columnista y ensayista. Sus últimos libros son 'Verbigracia', (2022) poesía completa hasta la fecha; y 'Gracia de Cristo' (2023), un ensayo sobre el sentido del humor de Jesús en los Evangelios
Enrique García-Máiquez (Murcia, pero Puerto de Santa María, 1969). Poeta, columnista y ensayista. Sus últimos libros son 'Verbigracia', (2022) poesía completa hasta la fecha; y 'Gracia de Cristo' (2023), un ensayo sobre el sentido del humor de Jesús en los Evangelios

El hueco y la holgura

24 de enero de 2024

Una no noticia o noticia tentativa de estos días ha sido que Iván Espinosa de los Monteros montaba un nuevo proyecto político para concurrir a las elecciones europeas, que son las que dan juego, en efecto, a las nuevas aventuras. La seudo noticia añadía que había captado nombres críticos de Ciudadanos y del PP, que unidos a los ex de Vox, triangularían en el espacio entre la derecha de Vox y el centro centrado del PP.

La información no sólo la negó Espinosa de los Monteros, sino que ya la había negado con anterioridad a su publicación, con lo cual, informativamente hablando, la cosa tenía menos recorrido que una promesa solemne de Pedro Sánchez. Sin embargo, como diría Léon Bloy, «todo lo que sucede es adorable». De que hayan publicado eso y del interés que ha despertado emanan, a mi parecer, tres cuestiones importantes.

La primera, que la sustancia doctrinal y política se juega en la banda derecha, más acá del PP. Los problemas y discusiones ideológicas del PP no inquietan a nadie, si existen. No digamos más hacia la izquierda. La zona de fricción entre el PSOE y su ultra izquierda es un rollo: el PSOE cambió su ideología por la de Podemos para arrollarle electoralmente sabiendo que los votantes socialistas le seguirían hasta el alipori y más allá. Hoy Pedro Sánchez es indistinguible de Yolanda Díaz y ofrece a Irene Montero embajadas de España para embaularla en una valija diplomática. Cero apasionamiento intelectual. Las cesiones del progreso ante el chantaje del nacionalismo cerril dan pena o morbo y nada más. En la derecha, en cambio, las noticias no tienen ni que ser verdaderas para despertar un vivísimo debate ideológico.

La segunda cuestión. Inteligentes observadores políticos han comentado que Espinosa irá o no irá (que no irá), pero que el hueco político existe. ¿No va a existir —piensa uno de inmediato— si el PP no quiere lindar con Vox ni atado y siempre está poniendo una distancia de seguridad centrista por en medio? Pero, a la vez, esa búsqueda del nicho de mercado por parte de los politólogos demuestra una visión marcada por el marketing economicista. El hueco existe, sí, pero, en realidad, es holgura, y en ella estriba el marco de libertad de los votantes, que no tienen por qué sostener el 100% del programa de un partido. En la holgura, alienta el debate y la diversidad de opiniones que hacen falta dentro de cualquier proyecto.

De modo que hay que andarse con cuidado —tercera cuestión— contra aquellos que pretenden hacer de los partidos sistemas de pensamiento único y uniformado, porque, a base de taponar la holgura, estarían abriendo los huecos con los que sueñan tantos y que terminarían en una atomización partidista de grupúsculos de muy pocos votantes, pero —eso sí— perfectamente representados al 100%. Se perdería el interés de los de fuera y la riqueza del debate interior. La noticia falsa nos ha de servir para valorar la holgura verdadera.

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