«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
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Alicante, 1987. Escribe noticias desde que tiene uso de razón. Ha trabajado en radio, prensa escrita y televisión en medios como Radio Intereconomía, El Toro TV y Okdiario. Siempre en los últimos reductos de la libertad de expresión.
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El PP pepeando

8 de junio de 2023

Dice Alberto Núñez Feijoo todos los días de su vida, que quiere «derogar el sanchismo». Luego, cuando se le pregunta qué es eso, habla de cambiar la Ley de Memoria Democrática, la ley trans —cambiar, insisto, no derogar— y poco más y a otra cosa. A pepear, concretamente. Vamos, que quiere derogar el sanchismo, pero poquito. Algún iluminado que se dedique a jugar a Iván Redondo le habrá dicho que queda muy bonito lo de «derogar». Según la RAE, derogar es «dejar sin efecto una norma vigente». No cambiar un poquito las cosas para que parezca que se ha hecho algo. No imitar a Rajoy, en definitiva. 

La política de frases hechas que venimos padeciendo en los últimos años es un fiel reflejo de nuestra sociedad. El mínimo argumento, el mínimo pensamiento profundo para un votante anestesiado con tanto programa de gritos y cotilleo y acostumbrado a ir de click de titular en click de titular sin llegar a enterarse nunca de prácticamente nada. Escuchar a Irene Montero hablando de «los viejos poderes» —¿más viejos que un líder comunista colocando a su familia heredera?— o del movimiento feminista de España «a la vanguardia del avance de derechos en el mundo», da grima. Isabel Díaz Ayuso con su frase «comunismo o libertad», tan cierta al principio, insulta a la inteligencia cuando un año después no ha movido un dedo por derogar leyes ultraizquierdistas en su Comunidad. También está Macarena Olona que cada vez que afirma que hace cosas como luchar por la igualdad «en tacones», da risa. Para jugar a Una rubia muy legal, el primer paso sería ser rubia. Y no es. Menos mal que ya sabemos que ella ha venido a la política «a servir». Disculpen si han oído un ruido. Era mi carcajada.

Pero volviendo a Feijoo, el lunes parece que nos va a anunciar un pacto para poder gobernar Cantabria sin el apoyo de Vox y gracias al partido de Revilla. A cambio, el hombre que encerró a todos los cántabros para poder comer él tranquilo en restaurantes fumando puros, sólo pide que no se auditen las presuntas fechorías de su formación. Y se hace pública la petición y todos tan normales. En un alarde de generosidad, le ofrecía al PP, incluso, dos grandes alcaldías a cambio de no investigarlo en el Parlamento, según pudimos leer en este mismo periódico. Digo yo que a la Fiscalía Anticorrupción no le habrán ofrecido dos grandes alcaldías y que estará ya funcionando, ¿no?

Si yo fuera Santiago Abascal, al leer esta vergüenza, les mandaba a la porra en todas las Comunidades Autónomas en las que los populares vayan a necesitar a Vox. Afortunadamente, no lo soy y Abascal tiene bastante más paciencia y temple que yo. Que se lo pregunten a María Guardiola. 

Feijoo dice también que ojo con tratar de actuar contra lo que ha salido de las urnas. Lo que pasa es que lo que ha salido de las urnas, en nuestro sistema representativo, no es más bipartidismo, aunque le duela en el alma. Si quiere cambiar el sistema y jugárselo siempre todo a segunda vuelta con el PSOE, que lo diga y actúe en consecuencia. Los españoles, de momento, han hablado. Y a él, como ha dicho muy bien alguien esta semana, le toca ponerse a hablar de cosas serias. 

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