«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

El rey en Paiporta

3 de noviembre de 2024

Sólo podía ir con el rey. Sólo podía Pedro Sánchez hacer «acto de presencia», omisión de presencia es lo que llevaba haciendo días, con el parapeto real, así que no fue un acto irracional o una muestra de desconexión de la realidad.

Pero se tuvo que marchar cuando el palazo, cuando un gran palo le impactó. Quizás hubiera sido un linchamiento; puede que le hubieran calentado la cara de templao que tiene, nunca lo sabremos, pero de esa posibilidad culparán ya saben a quién… ¡la ultraderecha!  

Se quedó Felipe VI, valiente, majestuoso. Gigante en comparación con el pigmeo moral. Experto en actitudes simbólicas, hizo un poco lo de aquellos que en el 23-F se quedaron sentados: una muestra de entereza que será valorada por el Pueblo Español, que se agarra a lo que sea. Estamos programados para ello. Miente o es un poco sospechoso el que no confiese una cierta identificación con su figura. Un resorte nos salta, se quiera o no, un íntimo ¡que no me lo toquen!.

Más si presenta torería. Porque hasta hubo un gesto torero cuando pidió que le retiraran el paraguas protector. «Dejadme, que voy». Y habló con el toro, dialogó con el toro, y hasta abrazó al toro popular que se le emocionaba en los brazos. ¡Qué nobleza la de ese toro de gente de la noble Paiporta!

Ese puntito de conexión abierta con lo popular será interpretado como… ¿cómo serán capaces? ¿a qué velocidad se estará desarrollando una épica zarzuelera? Será como el discurso del 3 de octubre de 2017, pero a lo bestia, quizás más, mucho más.

Se produjo en ese momento de agitación y crisis un desbordamiento. La ira de la gente contra lo oficial se salió del cauce, como si se hubiera volado otra presa, y fue muy curioso lo que pasó. Porque pasó (esta vez sí) de un modo automático, coordinadísimo. Salieron los servicios de emergencia del gobierno.

El aparato de Sánchez al completo salió a la vez en redes , en los medios y en la televisión a tratar de achicar el agua que les empezaba a llegar por las rodillas. ¡Sánchez sí desplegó a su ejército de voceros, de esclavos morales!

La SER, EFE, Escolar, los siniestros personajillos a sueldo en redes, enviados especiales en la alcantarilla tuiteaban que todo eso era para el Rey. Lo escribía gente en cuya biografía se podía leer el muy descriptivo «colaboro en TVE». En suma, el colaboracionismo.

Es muy curioso, y vuelvo a señalarlo, que ese mensaje ya coincidía plenamente con el del nacionalismo catalán en el terreno(¿no estaban organizados para gritar al rey en el segundo pueblo?). Tuit catalán, retuit madrileño. Para la TV3, allí presente, los pitos fueron para el rey y para Mazón. Y otra vez más (siempre que España sufre), el separatismo coincidía exactamente con la prensa inglesa (BBC, Telegraph…): el rey en crisis en Valencia, Valencia contra Felipe VI.

Évole hablaba de «lodocracia» tras la «indignación». Porque esta es una indignación mala. No es como la que capitaneaban los seductores de Lavapiés. Tampoco es la del «volem votar». Cuando la algarada la organizan los pijos catalanes porque quieren ser más ricos, es «democracia». Cuando un valenciano, en español bien audible o en valenciano leal, protesta porque han muerto los suyos o lo ha perdido todo, entonces es «lodocracia».

En La Sexta, Ferreras, más listo, y un poco como último hombre, líbero clásico, cogía el micrófono y se convertía en Supergarcia o en Encarna Sánchez, que en paz descanse. Comenzó a pilotar él solo, se hizo Sinatra de la propaganda. Aún estará el hombre hablando, una auténtica comedura de tarro de telepredicador en la que cada quince segundos se escuchaba: «El responsable es Mazón»… «¿por qué no pidió ayuda Mazón?»… Se te iba grabando en algún sitio del cerebro… mazón, mazón, mazón… Ferreras marcaba el camino. Actuaba como penúltimo dique de contención. Es un poco el barranco del Poyo del sanchismo e intentó una labor de encauzamiento fluvial acelerada, abriendo (¡él solo!) conductos, acequias a un lado y a otro para ir superando el borbotón. Como lo de Sánchez no tiene enmienda, se trata de ir controlando daños con: 1) esto ya no es cosa de partidos ni de ideologías, esto es una crisis del sistema, tendremos que sentarnos y retocarlo (tiempo muerto, reseteo, tregua trampa) y 2) recuerden que el malo es Mazón.

Pero Mazón… el PP ha refinado mucho su selección de personal y los Mazón, los Bonilla ya no son Aznar, caen bien a todo el mundo con su cara de yernos collejeables. «Brillante no es, pero mal fondo no tiene». Pueden ser inútiles, pero no se les ve la mala fe de Sánchez.

Mazón, además, fue cuco y se colocó detrás del rey, dos metros de símbolo entrenado para este momento. Mazón se puso a su vera, como Arévalo tras Bertín Osborne, y por ahí desfilaron todos, todo el peperío, rompiendo en Vivas al Rey, en enormidades de todo tipo… Han encontrado una salida para, en plena gestión de Mazón, poder seguir con su asalto a Sánchez, con su intento de alternancia. Aparecieron todos a peperocapitalizar el gesto del rey, a ponerse a su rueda como cuando el pelotón se ponía a rueda de Induráin. El rey en Paiporta ha hecho evidente una crisis del régimen. El rey en Paiporta ha ofrecido también una salida. Lo ha defendido en primera persona, pues suyo es. Si nos alejamos un poco del ruido, peperos y ferreras empezaban a coincidir en que ese palazo a Sánchez sonaba a algo haciendo crack en el 78… ¿qué tal un nuevo pacto de Estado?

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