Cada vez que Sánchez abre su corazón, o la víscera que sea que abra, ciertas palabras se llenan de diferentes significados. Porque existe el idioma que hablamos todos, y luego está el pedrosanchés. Todo lo que le sucede a Él tiene una dimensión desconocida para el ser humano, su sufrimiento es inédito en la historia. Hablamos de alguien que padece lo mismo que el primer ministro eslovaco, tiroteado esta semana y que se debate entre la vida muerte, sin haber recibido un rasguño. Los embates y ataques de sus adversarios políticos —todo aquel que no respalda sus acciones— son de tal calibre que equivalen a balas.
Sánchez ha afirmado que no quiere trasladar la imagen de víctima, sólo quiere decir que de las cosas que dicen contra Él a sufrir un atentado como el de Fico hay un paso. Es lo mismo, todo es violencia política. No quiero pensar qué calificación habría tenido su padecimiento si el ínclito hubiera sido objeto de un atentado como el de Aznar a manos de sus socios —los de Sánchez—. Ahora mismo sería el primer santo ateo. Todos contra Él.
La oposición
El presidente está muy dolido porque los partidos de derecha, ya sea centrada, extrema, ultra o plusultra le critican. Sánchez quiere una democracia sin oposición. A esto se le llama de forma habitual dictadura, pero según Él no es el caso. Él es la democracia, el Estado, la Constitución, España si hace falta, el alfa y la omega, el principio y el fin. Pedro es la esencia de todas las cosas. Un fenómeno, vaya. Así pues, los partidos de enfrente deben existir para dar la apariencia conveniente, pero sin desacuerdos molestos ni fiscalización de los actos del Gobierno. ¡Fuera contrapesos! In Spain we call it democracia.
La prensa
Después de la oposición, que no debe ejercer como tal, viene la prensa. ¿Qué locura es esa de que los periodistas digan lo que les parece sobre su persona en los ‘tabloides digitales’? Aquí tengo yo una duda. Supongo que, atendiendo a la literalidad de la estupidez pronunciada por el susodicho, los periodistas podrían decir las mismas cosas, pero en papel. No sé si esta diferenciación radica en que al editor le salga mucho más caro publicar su bazofia o es que lo escrito en papel no es pecado. Por si acaso, y por boca de Pilar Alegría, ya se dio hace unas semanas la lista cerrada de medios que dicen la verdad: RTVE, Grupo PRISA, El Diario y poco más. Me parece lógico. Es más sencillo dictar al común lo que puede oír que dar un listado interminable de todos aquellos medios que publican información calificada como bulo.
El bulo
Es el momento también de redefinir la palabra bulo. Para la RAE es toda «noticia falsa propalada con algún fin». Para el doctor Sánchez bulo es cualquier noticia que le haga daño. Bulo y violencia política son una misma cosa en la práctica.
El poder judicial
El gran reto de Sánchez: conseguir que no haya sentencias judiciales perjudiciales para Él. El Tribunal Constitucional ya es suyo, por lo tanto, cualquier recurso que se interponga ante este órgano por la oposición ya está perdido de antemano. La conquista del CGPJ le está costando más, pero necesita controlar el nombramiento de los jueces como sea. Mientras tanto y hasta que este asunto se resuelva por lo civil o por lo militar, de cara a la opinión pública toda acción de los jueces destinada a investigar las posibles corrupciones del Gobierno y entorno socialista se enmarca en el lawfare. Junto con bulo, la palabra fetiche de la izquierda.
El disidente
El deber de inexistencia de alguien que le lleve la contraria de forma impertinente excede el ámbito parlamentario, periodístico y judicial y alcanza a todos los españoles. Este conjunto de personas impertinentes ha pasado a denominarse fachosfera. Sepa usted que si no es partidario del Gobierno, es miembro involuntario de la fachosfera, lugar donde habitan los indeseables de la Tierra. Ser parte de la fachosfera implica carecer de derechos fundamentales, ¡incluso si eres mujer!
La fachosfera
Pues bien, todos los así denominados —los fachosferos— tenemos el deber moral y la extrema necesidad de combatir los actos y la ideología del Gobierno si queremos asegurar un futuro normal para nuestros hijos. Ni más ni menos. Quedarse al margen de lo que sucede en España con un Gobierno como este no es opción.