«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.

Empeorator

18 de marzo de 2014

A pesar de que Roma tuvo reyes en un principio, Julio César nunca aceptó ese tratamiento. Le parecía poco. Se hizo llamar Imperator (Emperador). Su heredero adoptivo, Augusto, no se atrevió a tanto y optó por Princeps, como quien rebaja el tono. Pero en nuestro Ministerio del Interior le han dado la vuelta a Roma y a sus «tics»; han coronado a Jorge Fernández Díaz como Empeorador, porque cada vez que explica algo se mete en un jardín. La última ha sido formular, por pasiva, que cuando ETA se disuelva, Policia Nacional y Guardia Civil se replegarán del Pais Vasco y Navarra. ¿Se le ha ido la olla, o es un supersecreto de la hoja de ruta revelada por Zapatero?

Hablamos del ministro del Interior que adelantó una operación terrorista  a los medios de comunicación, antes de ejecutarla. Y del que casi acaba haciéndose daño con las bolas de goma de Ceuta, sin haber estado presente en El Tarajal. Es, con todo merecimiento, Empeorator un triunfador si administrara sus silencios.

Con él paso como con el gales del Real MadridBale: unos creen que es peor cuando improvisa. La mayoría cree que empeora cuando lee y se extiende la idea de que estamos ante un  Imán para los problemas, cuamo cuando dijo que no toleraría que los etarra excarcelados por Estrasburgo humillasen a las víctimas y, los etarras comenzaron una frenética campaña de homenajes en mataderos repletos de carniceros humanos.   ¿Jorge actúa o es así?  Proyecta una imagen de Forrest Gump, que al hablar parece que imite a Fraga. Se meten con él por sus actitudes beatas, «de supernumerario del Opus Dei«, dicen. Lo vimos hace unos días en Fitero (Navarra) donde acudió a poner la primera piedra de un nuevo cuartel de la Guardia Civil. Se burlaban de él en Internet porque lo suyo parecía sacado de un No-Do de los años cuarenta. Siempre está mejor lo de Jorge, que ir para llevarse la primera piedra, como hacia el socialista Luis Roldán.

Debo reconocer que Jorge Fernández Díaz me sorprende casi siempre. Poco después de suceder a Pepe Coderch,como gobernador «suarista» de Barcelona, en 1981, tuvo un escabroso lio de faldas que propició que le llamarán «El artillero de Fitero».  Algo prodigioso, siendo él de Valladolid. Aquello se explicaba por los destinos de su ilustre padre, de profesión militar. Poco después tuvo que entregar el Gobierno civil a los socialistas catalanes por desfallecimiento del centrismo liberal y mujeriego. Jorge,  Inspector de trabajo, no volvió al machito se quedó en política.

Personalmente respeto su pasión por el chercher la femme, por eso su caida del caballo volvío a sorpenderme. «Se explica -me dijo un amigo suyo- por los tristes avatares que han afectado a su familia». También respetable. A ese furor religioso, algunos le llaman «la pasión del último en llegar». Me acostumbre a verle -rosario en mano- en el puente aéreo Madrid-Barcelona, antes de ser ministro cuando vivía refugiado a las faldas de Mariano. Yo le aceptaba tal como el quería presentarse, sin rubor, ni risitas. Con naturalidad. Pero él empujaba con el hocico. Un día me preguntó:  «¿Javier, has encontrado a Jesucristo?». Los que me conocen saben es el tipo de pregunta que me incomoda en un avión, sobre todo si es antes de aterrizar…. Me convierten en un tipo imprevisible. Me acordé de Forrest Gump y le respondí:  «Jorge, no sabía que tenía que buscarlo».

En fin, perdón por todas estas tonterías, ya no recuerdo lo que decía la mamá de Forrest si tonto es el que decía tonterías …o el que las hacía.

Fondo newsletter