Hay un señor que se presenta contra Alejo Vidal-Quadras para liderar la lista de VOX a las elecciones europeas y que ya intentó ser candidato a presidir la Junta de Andalucía por Equo. Viene esto a ser como decir que le da lo mismo la derecha conservadora y liberal que la izquierda ecologista. El señor tiene nombre y apellidos, pero lo mismo da porque si en las primarias de Equo de 2012 sacó dos votos (0,51 por ciento) podemos calcular con escaso margen de error el apoyo con que va a contar en las primarias de VOX que se celebrarán del 20 al 22 de marzo.
Su caso es de transformismo radical, pero no es único y amenaza con ser frecuente a la vista de lo popular que se está haciendo eso de ser político de profesión. Que anteayer las niñas querían ser princesas, ayer querían ser famosas y hoy quieren ser políticas. Tres caminos que parecen llevar a una vida de lujo sin dar ni un palo al agua. Pero sólo lo parece, no malinterpretemos las cosas que ser princesa es un trabajo duro y Letizia ya lo ha dotado de horario y sueldo, ser famosa porque sí implica tener unas tragaderas que sólo con nocturnidad y dipsomanía se consiguen, y ser política es llevar la penitencia en el pecado desde que te levantas hasta que te acuestas.
Sin embargo, las unidades para imberbes de los partidos políticos grandes y pequeños, a derecha e izquierda, están que rebosan de candidatos a los muchos puestos de trabajo que la política ofrece. Y si no es en uno y para Andalucía, habrá que probar en otro y para Bruselas. Cualquier día nos encontraremos en LinkedIn, esa red profesional en la que hay estar si o también nadie nos explica para qué exactamente, el perfil de un profesional de la política que dio sus primeros pasos como concejal comunista en su pueblo y acabó como secretario de Estado conservador en la sede madrileña de cualquier ministerio previo paso por el parlamento de Estrasburgo, Bruselas y Luxemburgo (que tres sedes tiene el «legislativo» de la UE) como eurodiputado socialdemócrata. Se ofrecerá como conferenciante y tertuliano, como profesor o asesor con un currículum de cargo público en cargo público sin haber trabajado fuera de la política, sin haber pisado la empresa privada, como antes las ardillas cruzaban España saltando de árbol en árbol sin tocar el suelo.