«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Barcelona 1959. Escritor y periodista. Su último libro publicado es “PSC: Historia de una traición” (Deusto, 2020). Premio Ciutat de Barcelona año 2000 en Radio y Televisión.
Barcelona 1959. Escritor y periodista. Su último libro publicado es “PSC: Historia de una traición” (Deusto, 2020). Premio Ciutat de Barcelona año 2000 en Radio y Televisión.

Esa nación de la que usted me habla

13 de julio de 2022

Estos días debaten los padres de la patrias acerca del estado de esta. A ese areópago de no pocas nulidades, intereses creados y mucho de dañino lo llaman pomposamente Debate del Estado de la Nación. Pero el espíritu curioso debe plantearse, antes de ir más allá y perderse en la hojarasca de las declaraciones políticas que hoy son mentira y mañana olvido, qué significa el nombre del asunto. Porque la mayoría de las veces el problema radica en cómo denominamos algo. El nombre condiciona, define, limita, tiene poder y por eso en los Mandamientos se nos prohíbe con criterio a los creyentes no tomar el nombre de Dios en vano.

No lo hagamos con el estado de la nación y analicemos. ¿Qué estado? ¿Se refieren a España, la nación que muchos de los diputados en el Congreso odian y desean destruir? ¿La España que quieren cambiar pervirtiendo su historia? ¿La España que tanto les molesta que, para referirse a ella, utilizan definiciones elípticas como “este país”, “el estado español” y otro tipo de estupideces que jamás se plantearía un francés o un norteamericano? ¿Será sobre la España que consideran suya o la que compartimos todos? ¿Qué España, qué nación, qué idea de territorio común pueden discutir los que niegan a un chiquillo la posibilidad de estudiar en español si vive en Cataluña o en las Vascongadas? ¿Es la España de Miguel Ángel Blanco, la de Gregorio Ordóñez, la de la Transición, la del abrazo, o es la otra España, la del odio, la revancha, la de los dos lados irreconciliables que invocaba, trágica y dolorosamente, Federico en sus “Bodas de Sangre” cuando decía “Aquí ya no hay más que dos bandos, los tuyos y los míos”?

En el debate de esa nación de la que usted me habla la única voz coordinada y sólida que se escuchará será, triste ironía, la de aquellos que la están hundiendo

La mayoría de ellos no sabe a qué España se refiere porque están ayunos de patria y de hermandad. Dicen que debatirán acerca de cómo se encuentra eso que no saben qué es, y yo me pregunto ¿acaso les importa, quizá les deja sin dormir como decía Sánchez que le sucedería si pactaba con los comunistas de Podemos? Que nadie se engañe, quienes nos gobiernan en la actualidad no van a discutir ni los males ni los remedios que padece esta España tan atacada por tantos flancos aunque, a pesar de todo, se resista fieramente a caer en el polvo de la historia y desaparecer. Todo quedará en un pornográfico postureo por parte del Gobierno y sus secuaces y, ¡ay!, en los dos grandes partidos de la derecha que irán cada uno por su lado en lugar de plantar batalla juntos.

A pesar de que, encuesta tras encuesta, los vaticinios dejen claro que solo se conseguirá echar al social comunismo y a sus socios bilduetarras y separatistas con la suma del PP y VOX, en el debate de esa nación de la que usted me habla la única voz coordinada y sólida que se escuchará será, triste ironía, la de aquellos que la están hundiendo. La otra, la real, la del patriotismo bien entendido, se deshará por falta de unidad. Eso, si además no se hunde entre reproches mutuos.

Son cosas de esa nación. De esta. De la de todos. De España.

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