Señor Rajoy, Cataluña no es un “laberinto”, Cataluña es “un lío” -no comparto con usted que sea “una algarabía”-. Y lo es por culpa de muchos, de unos por acción y de otros por omisión. Tiene usted mi total apoyo, siempre y cuando haga algo más allá de extender cheques de los españoles para pagar la mala gestión de CiU. Me parece bien la iniciativa de Alicia Sánchez-Camacho para evitar que los fastos de referéndum se atiendan con dinero público de los españoles. Tampoco comparto con usted eso de que “el referéndum no se va a celebrar”. Se equivoca. Estudie lo que le pasó a Alejandro Lerroux, con Lluis Companys, y verá que este reto acabará siendo similar. Quien pone fecha y pregunta al referéndum, lo hace. Usted ha permitido que quien lleve la iniciativa hoy sea el Frente Separatista. Cameron lo ha hecho mejor. ¿Estamos?
Usted se enfrenta a un “proceso revolucionario” y eso no se cura con cataplasmas. No se trata de reformar la Constitución “para ver si encontramos un nuevo encaje”. Eso pasó. Los tiempos le llevan a una encrucijada peor. La mayoría de los representantes de los catalanes quiere ser un Estado distinto del español, a costa de salir de la UE; a costa de romper familias, amistades, sintonías y todo tipo de relaciones humanas en Cataluña. ¿Estamos?
¿Qué hacer?, se preguntaba Lenin. Pues, entre otras cosas no indultar a los políticos de CiU condenados por corrupción en su cargo. ¿Estamos? Coincido con usted en la “gradualidad y ponderación” que hay que aplicar a la respuesta. Coincido con usted en la necesidad de no repercutir al conjunto de la sociedad catalana el asalto a la legalidad que pretenden dar los secesionistas. Ya no coincido en más cosas. Creo que al PP le han faltado reflejos en esta crisis. No entiendo qué hace su partido con una vicepresidencia de TV3, la gran máquina “desfibriladora” del sentimiento español en Cataluña. Tampoco entiendo qué hace el PP con un representante en el CAC, el gran órgano represor del poder secesionista en Cataluña. Aún entiendo menos por qué su partido no hace uso de los medios de comunicación del Estado en Cataluña (TVE, RNE y la Agencia Efe) para que salgan del letargo e informen a los catalanes de lo que les ocurrirá -principalmente en lo económico- si apuestan por la independencia.
Convocado el referéndum, aireada la doble pregunta, todavía no se ha cometido ninguna ilegalidad, si acaso una profunda y dolorosa deslealtad con nuestra Constitución. En esas, ¿qué espera el PP de Cataluña para presentar una moción de censura de ese president de la Generalitat, a veces “persona”, que después de explicar qué votará a la primera y a la segunda pregunta, se esconde en la falsa apariencia de neutralidad de su papel institucional y nos dice -tan fresco- que como president su deber, es “hacer posible que voten”. El resto: la legislación vigente. Con el déficit, con las armas democráticas y políticas que tiene usted en su mano. ¿Le han dicho a usted que tiene una panoplia de misiles a su disposición? Así que no se deprima, don Mariano, tendrá que pasar a la historia. ¿Estamos?
