Muy pasota tiene que estar una sociedad que recibe como si tal cosa la noticia de que nada menos que un rector de Universidad (José Carrillo) y un ex juez condenado por prevaricar (Baltasar Garzón), entre otras personas, suscriban públicamente una carta plagada de afirmaciones tan demagógicas como “la derecha está aprovechando la crisis para empujar al desempleo y a la marginación a amplias capas de la sociedad y, especialmente, a los sectores más frágiles” y, como única referencia de autoridad, una canción con letra adolescente de una banda de techno-pop estilo indie. Esta carta ha sido dirigida al PSOE para solicitar la intervención de los firmantes en la conferencia política del próximo fin de semana. Probablemente con motivo, para justificar su petición solicitan del partido socialista cierta comprensiva amnesia, ya que “nos necesitamos todos, con independencia de nuestro pasado de aciertos y errores compartidos”.
A primera vista todo indica que los remitentes de la carta no encuentran que Izquierda Unida, organización a la que pertenecen algunos y de la que otros han sido hasta ahora claros simpatizantes, sea plataforma que les garantice cierto protagonismo político, y menos aún la inclusión en listas electorales en puestos de salida. No ha dejado de sorprender la celeridad con que Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE, ha acogido esta iniciativa; pero se conoce que considera un refuerzo para su posición en el partido la inclusión de este grupo de rancia dialéctica, a pesar de que sin duda conoce a algunos de los firmantes lo bastante bien como para saber que con ellos no puede irse ni a recoger una herencia, como se suele decir.
Del encuentro socialista es previsible pensar que saldrá un discurso que ataque a la derecha y que formule propuestas vagas y populistas que suenen bien a sus supuestos votantes aunque no resistan el menor análisis. El PSOE tiene que ver con preocupación el ascenso que los sondeos dan a Izquierda Unida, o Plural, o como quiera llamarse la marca liderada por los comunistas, que subiría a costa de arañar votos otrora suyos; entre esto y un aumento de la abstención de otro sector de su electorado, el descalabro en las urnas puede ser sencillamente catastrófico. Los Carrillo Jr., Garzón et alii lo saben, y venden a Rubalcaba no tanto su apoyo como un golpe de efecto contra los comunistas y sus amigos.
Será interesante observar la evolución de estos acontecimientos, porque no es seguro que la irrupción de estos personajes en la familia socialista sea bien recibida por todos, ni mucho menos. Probablemente la izquierda nos va a deparar un espectáculo de lo más entretenido los próximos meses.