«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Periodista, insiste en que no ha hecho otra cosa en su vida, a pesar de que ha sido profesor universitario (San Pablo-CEU), empresario (del equipo fundador del Grupo Recoletos), asesor de la Conferencia Episcopal (Subcomisión de Familia y Vida), etc. Como periodista lo ha hecho todo en prensa escrita, radio y TV: director del diario Ya, creador de las tertulias políticas radiofónicas, director y presentador de Argumentos en Popular TV y de Alguien tenía que decirlo en Intereconomía TV. Partidario de la vida frente a la muerte, de la luz frente a la tiniebla, de la verdad frente a la mentira, del amor frente al odio, de la alegría frente a la tristeza, Ramón Pi es uno de los periodistas más conocidos de España. Su fama está avalada por una larga trayectoria profesional y por el ejercicio de la profesión periodística desde la coherencia. El periodista está considerado por muchos como uno de los creadores del género de las tertulias políticas radiofónicas. Actualmente desarrolla su actividad profesional en el Grupo Intereconomía.
Periodista, insiste en que no ha hecho otra cosa en su vida, a pesar de que ha sido profesor universitario (San Pablo-CEU), empresario (del equipo fundador del Grupo Recoletos), asesor de la Conferencia Episcopal (Subcomisión de Familia y Vida), etc. Como periodista lo ha hecho todo en prensa escrita, radio y TV: director del diario Ya, creador de las tertulias políticas radiofónicas, director y presentador de Argumentos en Popular TV y de Alguien tenía que decirlo en Intereconomía TV. Partidario de la vida frente a la muerte, de la luz frente a la tiniebla, de la verdad frente a la mentira, del amor frente al odio, de la alegría frente a la tristeza, Ramón Pi es uno de los periodistas más conocidos de España. Su fama está avalada por una larga trayectoria profesional y por el ejercicio de la profesión periodística desde la coherencia. El periodista está considerado por muchos como uno de los creadores del género de las tertulias políticas radiofónicas. Actualmente desarrolla su actividad profesional en el Grupo Intereconomía.

La generación mejor preparada

9 de agosto de 2013

Dicen que la generación actual de adolescentes y jóvenes es la mejor preparada de nuestra historia. Los que así se expresan suelen referirse a la informática y los conocimientos con que nuestros niños y jóvenes dan lecciones a padres y abuelos en todo lo que tenga que ver con pantallas, sean de televisión, de juegos de consola, de ordenadores, de teléfonos “inteligentes” o de tabletas con las que se mantiene contacto con todo el mundo. Son los que han venido en ser llamados “nativos digitales”.A mí, sin embargo, no me parece que esta familiaridad con las nuevas tecnologías de las comunicaciones sea sinónimo de lo que hasta ahora veníamos entendiendo por preparación, en el sentido de disposición para la vida, de formación de la persona o de comprensión del hombre y del mundo.Las habilidades con estos instrumentos son, por su propia naturaleza, instrumentales, pero hoy me da la impresión de que se han convertido, en muy buena medida, en fines en sí mismas. Desde este punto de vista, esta generación de jóvenes no puede decirse que esté mejor preparada que las anteriores; más bien al contrario: percibo en ella una desorientación mayor, un desconocimiento mayor de dónde venimos, de qué hacemos en el mundo o de cuál es el sentido de la vida.Hoy es patente una falta generalizada de eso que llamábamos cultura general. Las estadísticas indican ufanamente que la proporción de universitarios es mayor que nunca antes; pero el valor de esta estadística dependerá de la calidad de la educación superior. Y hoy se echa en falta la existencia de verdaderos maestros universitarios; es muy difícil, si es que tal fenómeno se da en algún sitio, ver a estudiantes de varias facultades llenar una gran aula en la que uno de esos grandes maestros desarrolla un ciclo de lecciones magistrales sobre historia, literatura o filosofía.Las escuelas de pensamiento son hoy camarillas de parientes o de correligionarios ideológicos, que funcionan como compartimentos estancos y renuncian al debate intelectual para sustituirlo por la yuxtaposición de soliloquios. Casi podríamos decir que hoy se entiende por Universidad cualquier cosa que almacene estudiantes entre los diecinueve y los treinta años.Esta generación está huérfana de curiosidad intelectual porque, entre otras cosas, no ha adquirido las bases imprescindibles de una enseñanza media de calidad que la preparase para aventuras de mayores vuelos. Y cualquier intento de dotar a los adolescentes de estas herramientas necesarias para una buena formación digna de este nombre queda neutralizado por las querellas ideológicas sectarias irreconciliables. No: esta generación tendrá mucha información, pero desconoce cómo organizársela en la cabeza y encontrarle su sentido.

Fondo newsletter