Con su toga convenientemente emponzoƱada por el polvo de un camino que nunca ha dejado de estar abierto, CĆ”ndido Conde-Pumpido aguarda su oportunidad para regresar a la primera lĆnea de un poder judicial cuya principal tarea serĆ” la de garantizar la total impunidad de aquellos que han anunciado a los cuatro vientos que lo volverĆ”n a hacer. La figura del fundador de Jueces para la Democracia regresa para ofrecer una pĆ”tina leguleya a un continuado golpe, no contra la democracia, sino contra la nación espaƱola, cuya existencia es insoportable para determinadas sectas siempre favorecidas por el turnismo partitocrĆ”tico, despuĆ©s de que llegaran fortalecidas a la recta final del franquismo, al que tanto deben.
Como es propio de un partido dolarizado, el PSOE renunció en su dĆa al marxismo, pero nunca dejó de postrarse ante las oligarquĆas vasca y catalana
Su mĆ”s que previsible vuelta, llega despuĆ©s de la inaudita rehabilitación polĆtica del nefasto JosĆ© Luis RodrĆguez Zapatero, avivador de odios guerracivilistas, que sentó las bases sobre las que se asienta el golpismo que no cesa desde aquellos sus dĆas como presidente que llegó al poder despuĆ©s de los atentados de Atocha. Reinventado como pontĆfice entre sus admiradores podemitas y un PSOE que, desde sus dĆas, se convirtió en sucursal del catalanismo, el antes Bambi y despuĆ©s ZP, se mueve con soltura en diversos escenarios. Singularmente en el venezolano, hoy apagado mediĆ”ticamente despuĆ©s de que el nuevo emperador, aureolado de ideas woke, precise del petróleo de NicolĆ”s Maduro que emerge, como si procediese de un vaso comunicante, despuĆ©s del bloqueo saudĆ.
Con nocturnidad y altas dosis de soma futbolĆstico, esta EspaƱa diseƱada por el PSOE se encamina hacia aquello a lo que el partido montado en Alemania nunca renunció: la configuración de una EspaƱa confederal, o lo que es lo mismo, la destrucción de la nación espaƱola. O, por decirlo de otro modo, la cristalización de una estructura polĆtica llena de privilegios para unos cuantos, para aquellos a los que siempre sirvió el partido del puƱo y la rosa que, conviene recordarlo, en 1974 tenĆa como punto central de su programa el derecho de autodeterminación de las nacionalidades de EspaƱa. Como es propio de un partido dolarizado, el PSOE renunció en su dĆa al marxismo, pero nunca dejó de postrarse ante las oligarquĆas vasca y catalana, tambiĆ©n favorecidas desde Washington, a las que cedió, gustoso, todo el espacio polĆtico, económico y mediĆ”tico a cambio de tutelar una EspaƱa hecha, en gran medida, a imagen y semejanza de sĆ mismo.
El PSOE apenas ha cedido algunos intervalos de tiempo en el poder, los necesarios para llevar a cabo los reajustes económicos exigidos por el gran capital
Durante la actual y, todavĆa, coronada democracia espaƱola, el PSOE apenas ha cedido algunos intervalos de tiempo en el poder, los necesarios para llevar a cabo los reajustes económicos exigidos por el gran capital. Uno de estos lapsos parece abrirse en el mundo demoscópico. Es allĆ donde cifra sus esperanzas un Núñez Feijóo que se miró en el espejo catalanista, y que espera, mientras tiende puentes con el PNV, que el poder caiga en sus manos como fruta madura. Refractario a la moción de censura planteada por VOX, el gallego pretende heredar para, segĆŗn dice, derogar, algo de lo que cabe razonablemente dudar, habida cuenta de cómo ha obrado su partido cuando ha accedido al gobierno de la nación. Mientras todo ello ocurre, SĆ”nchez sigue tejiendo una densa red clientelar, infiltrando a sus peones en el Tribunal Constitucional y estableciendo una fĆ©rrea alianza con los secesionistas, con los que solo cabe un coyuntural y transitorio modelo confederal.