«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Os la han Colau

15 de marzo de 2016

Franklin Delano Roosevelt fue el trigésimo segundo presidente de los Estados Unidos y el único en ganar cuatro elecciones presidenciales. Ha pasado a la historia por varias razones, pero la que más me gusta a mí es la que refleja la sinceridad del personaje, la que humaniza al tipo y nos lo traslada a la barra del bar de nuestro barrio, con dos tercios de más y soltando verdades de esas que no se pueden decir con tus suegros delante.

Resulta que estaba el amigo Franklin despachando con sus asesores cuando uno le dijo que era el momento de hacer cambios en Managua (Nicaragua) porque el fulano que mandaba allí (Somoza) era un poquito sobrado y se estaba cepillando demasiados opositores. La contestación de Roosevelt fue “tal vez Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. Tremenda frase que deja bien clarito que el presidente no necesitaba ni más explicaciones, ni más preguntas.

Años más tarde, Henry Kissinger (Secretario de Estado con Nixon y con Ford) debió pensar que Roosevelt ya había definido bien al padre, así que también repitió esa frase cuando un periodista le preguntó sobre Somoza (el hijo, que también le dio por el oficio del padre y se puso el traje de dictador).

Y yo me acuerdo mucho de esta frase cuando veo a Carmena o a Kichi, pero mucho más cuando veo a Colau, porque pienso que ella debe de sentirse como Roosevelt cuando le dicen “hombre Ada, es que darle dinero a esos okupas…” o “Ada, ese asesor municipal es un violento” o cosas así. Pienso que ella analiza rápidamente y segmenta entre “los” hijos de puta y “sus” hijos de puta. De tal forma que las unidades de antidisturbios de los Mossos d’esquadra pertenecen a “los” y ciertas asociaciones de violentos antisistema serían “sus”.

Y es que ¡oigan!, no es lo mismo ser un hijo de puta, que mi hijo de puta. Por eso cuando Ada Colau pasea por las calles de Sant Andreu y ve que allí hay una hermandad de antiguos caballeros legionarios no tiene tiempo de pensar que la Legión estuvo fundada por catalanes o incluso que su himno lo compusiera una catalana, no, lo que piensa Ada Colau es “fuera esos hijos de puta de aquí, que no son míos”.

Y cuando Ada Colau se da una vueltecita por el Salón de la Educación y ve que hay dos uniformes del ejército de Tierra, avisa a las cámaras y se dirige rauda y veloz a decirles (con una sonrisa falsa) que allí sobran, ¿por qué? pues está claro… por hijos de puta.

Pero claro, hasta ahí algunos votantes (y votantas, como diría ella) podrían pensar que es algo bonito, porque no quiere guerras, no quiere fusiles y solo quiere margaritas y claveles. “Es una pacifista” pueden pensar ustedes, pero resulta que internet es muy cabroncete y a veces te demuestra las vergüenzas de los demás, como me ha pasado a mí cuando un amigo me ha dicho que el Ayuntamiento de Barcelona, el de Ada Colau, el que escupe al ejército si, financia con dinero de todos los barceloneses (y barcelonesas, claro) una web que apoya a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC.

Se trata de www.prensarural.org y si ustedes entran en la web (al menos hasta el momento en el que estoy escribiendo estas líneas, viernes 11 de marzo) verán que al final del todo aparecen los logos de las entidades que colaboran, es decir, que ponen pasta. Y el primer logo que vemos es el del Ayuntamiento de Barcelona, el de Ada Colau si. Por lo tanto aquellos que piensen que Ada se enfrenta al ejército español porque es pacifista, les tengo que decir que “señores, se la han Colau” porque esta web financiada con el dinero de Barcelona sirve (como así lo afirmaba el propio Raúl Reyes, líder de las FARC, en un documento que recoge el libro Los Archivos de las FARC) de pantalla y de comunicación alternativa de apoyo.

Espero que en Barcelona se imponga la cordura y la cabra, no la de la Legión, sino la otra, no tire al monte y deje tranquilos al ejército y a la Legión. Pero si no es así, no se preocupen, que si Abd El Krim no pudo con ellos, la princesa de Beukelaer tampoco podrá.

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