«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Doble licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Ha trabajado en diversos medios, así como en el sector de la comunicación. Colabora como analista, consultor y consejero político.
Doble licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Ha trabajado en diversos medios, así como en el sector de la comunicación. Colabora como analista, consultor y consejero político.

Insectos por los ojos

6 de febrero de 2023

La maquinaria de mercadotecnia para convencernos de que comer insectos es lo mejor que podemos hacer ya se ha puesto en marcha con estrellas varias protagonizando numerosos vídeos.

Era de esperar. La cuestión no era si iba o no a pasar, sino cuándo. No han tardado los engranajes en cuadrar los dientes y, apenas pocos meses después de que empezaran los grandes medios a mover la ventana de Overton con artículos en los que se preguntaban de manera impersonal si debíamos comer insectos o no –o fingiendo la sorpresa ante tal «hallazgo»–, la industria del espectáculo ya juega la supuesta credibilidad de sus estrellas para usar las caras famosas con el objetivo de convencer a más de un incauto. 

Salma Hayek, Nicole Kidman, Kim Kardashian o Angelina Jolie son solo algunas (sí, en femenino) de las ‘profetas’ que, por ahora, nos venden lo molón que es comer insectos (¿será que al ser mujeres nuestro subconsciente las reconoce como algo maternal?). Otras, como Shakira, aunque sea grabándose un vídeo tonto en TikTok, ayudan a normalizar algo que muchos desprecian.

Si alguno de ustedes se preguntaba qué narices es eso de la ventana de Overton y cómo funciona, este es el ejemplo de manual perfecto. Primero, se crean las empresas y se mantienen fuera del radar del público; segundo, se pone en marcha la maquinaria mediática para publicar artículos que vayan incrustando la idea en la mente del pesebre humano; tercero, se pone a la venta a modo de novedad, de producto exótico; cuarto, salen los domadores (léase artistas varios) a grabarse comiéndolos o jugando con ellos para demostrar al «dudacionista» de que no pasa nada. Quinto y sucesivos… bueno, eso los veremos en adelante. Lo importante es entender que la rueda del cambio ha comenzado. Ingeniería social a toda vela. Nadie lo ha demandado, nadie lo ha querido, a nadie le han preguntado… pero todo el ‘mundo libre’ recibe la misma información al mismo tiempo. Curioso, ¿verdad?

Suelo leer los comentarios que diversos seguidores (sean troles o no) vierten en mis publicaciones para captar la sensibilidad del público. Algunos replican el típico «nadie te obliga a comerlos». ¡Solo faltaba! Pero los que manejan los hilos hace tiempo que se dieron cuenta de que eso de forzar las cosas no funciona, a no ser que quieras una guerra o una población insurrecta y, claro, se trata de que no se les vaya de las manos. Ya hace tiempo que aprendieron eso de la técnica de la rana en agua hirviendo. Poco a poco se hace mejor la carne. O mejor dicho, poco a poco se lavan mejor los cerebros. Se trata de que la gente desee cosas sin saber por qué, sin pensar siquiera qué hay detrás ni cuáles son las verdaderas intenciones. Ni pensar quién se hace rico con los cambios introducidos. ¿Ya nos hemos olvidado de las inoculaciones masivas? Casi todo el mundo corrió desesperado a ponerse la primera dosis; luego la segunda, la tercera… algunos ya van por la cuarta y no descarto que estén deseando la quinta. 

Me hace gracia ver que muchos siguen creyendo en eso que se conoce como «libre mercado», porque supongo que poner palos en las ruedas de los ganaderos y agricultores para hacer su vida imposible en nombre de la Madre Tierra (aka Pachamama), atacar el consumo de carne desde las poltronas políticas y utilizar a los medios y famosos para meterte el pienso globalista por los ojos es de «mucho libre y mucho mercado». Ojo, no me entiendan esto como un alegato por el libre mercado, eso está muy bien sobre el papel de los libros de los teóricos y de los ‘believers’ liberalios. Lo que intento mostrar es cómo funciona el poder realmente existente y evitar que se caiga en ideas aureolares, como diría el difunto Gustavo Bueno. 

No sé si alguno de ustedes tiene intención de pasarse a la dieta de proteína de insecto o le apetece combinarla con la mediterránea. Algunos, entiendo (y comparto), preferirán un buen chuletón –a poder ser sangrante, por eso de disfrutar de algo primitivo en un mundo que prohíbe todo aquello que suene a tradicional–. Sea como sea, los insectos han venido para quedarse ‘manu militari’. Vayan pensando en cómo podemos comprar hectáreas de campo (si es que queda algo sin placas solares o molinos de viento dentro de unos años) para poder tener animales cuadrúpedos, que de bípedos ya vamos sobrados. 

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