«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

¡Invadan España! (No opondremos resistencia)

3 de septiembre de 2014

El mensaje es como el pago de un rescate: produce un efecto llamada a ejecutar el acto que provocó la respuesta. Es decir, si un Estado tiene por costumbre pagar los rescates de sus nacionales allá donde sean secuestrados por narcoguerrilleros, yihadistas, mafiosos o piratas, genera la costumbre de secuestrar a sus nacionales hasta en los confines de la Tierra. Es lo que nos pasa a los españoles o a los franceses, y lo que no les pasa a los estadounidenses.

La pequeñísima proporción de españoles dispuestos a empuñar un arma para defender el país en caso de un ataque extranjero se convierte, en los receptores auditivos adecuados, en una llamada en toda regla a la invasión de nuestro territorio. No es que penda sobre nuestras cabezas una amenaza inminente, pero que los terroristas yihadistas del Estado Islámico o, más cerca, de Al Qaeda en el Magreb están deseosos de recuperar para el islam la que un día fue ‘su’ Al-Andalus es un peligro que ellos reiteran y que hasta el Ministerio del Interior reconoce.

Que sólo 16 de cada cien españoles estén dispuestos a defender España es un dato revelador que se desprende de un estudio del CIS y que se hace público hoy. A ese dato acompaña otro que da una pista sobre por qué se publica ahora un estudio realizado hace doce meses. Descartada la dificultad de tabular los datos, parece que cosa podría por los resultados obtenidos a la pregunta sobre la identidad nacional. Sobre el sentimiento de españolidad, de pertenencia a su región de origen o de compartir las dos identidades, los catalanes y los vascos han contestado como siempre, también los ceutíes, melillenses o murcianos. Llama la atención la desafección de los navarros y gallegos por la identidad española.

 

Con un dato en cada mano, la estadística del CIS se entiende mucho mejor, y la oportunidad de su publicación, también. Al órdago soberanista se une el desapasionado desinterés por la defensa de la nación española.

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