Las ventajas de judicializar los malos comportamientos en política es que ésta llega siempre aunque tarde. Si además de llegar será justa ya se verá. Por fin el caso ‘Faisán’ llega a la sala de juicios. Lo que parecía imposible se va a producir. Judiacializar los malos comportamientos políticos tiene esta ventaja, aunque muy tarde llega un día que ‘sí toca’. Cuestión distinta es qué pasará ahora. ¿Llegaremos a la verdad o simplemente el más habil se saldrá con la suya? Siempre nos quedará la actividad periodística que, como mínimo, nos recordará durante unos días lo acontecido. Los que acusan tienen claro que por orden política mandos policiales alertaron al aparato extorsionador de ETA para que la Guardia Civil no les pillara: delito y tración a todas luces. Los acusados dirán que los hechos absolutamente probados se deben interpretar como una lamentable pero obligada actuación para preservar la identidad de un importante y eficaz confidente policial infiltrado en ETA: incidente obligado sin más. La cuestión es qué dictará la justicia. Cabe desde la absolución a que Rubalcaba, entonces ministro, y su sucesor en el ministerio, Camacho, acaben imputados.
