«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Director de Rius TV en YouTube. Trabajó antes en La Vanguardia y en El Mundo. Director de e-notícies durante 23 años.
Director de Rius TV en YouTube. Trabajó antes en La Vanguardia y en El Mundo. Director de e-notícies durante 23 años.

La bajeza moral de Junts

15 de febrero de 2025

Parecía imposible de caer más bajo, pero los de Junts lo han conseguido: hacer comparecer en el Congreso a un condenado por los atentados de las Ramblas para sustentar sus teorías conspiranoicas.

De hecho, el día anterior, Jordi Turull ya comparó a Laura Borràs con los presos de Guantánamo. Después de que el Supremo confirmara la sentencia de cuatro años y medio para la expresidenta del Parlament y del partido.

Estaban presentes en la sala la plana mayor del grupo parlamentario: Albert Batet, Josep Rius —sin relación de parentesco con el autor de esta columna—, Jeannine Abella, Mònica Sales y Toni Castellà. Que queden sus nombres escritos para la historia. El único que se escaqueó es Josep Rull en virtud de su cargo.

Pero al día siguiente, como decía, fue la comparecencia de Mohamed Houli, el único superviviente de la casa de Alcanar que saltó en mil pedazos. Además, intervino en catalán y castellano.

Lo que confirma que les damos educación y sanidad  gratis, incluso prestaciones sociales, y no sirve de nada: son impermeables, en este caso, a los derechos humanos.

Que conste que la comparecencia fue solicitada por Junts conjuntamente con ERC y el PSOE. Que se sepa también semejante ignominia. Y que el terrorista en cuestión iba con chuleta. ¡Alguien le escribió lo que tenía que decir! 

Culpó al Centro Nacional de Inteligencia de haberles lavado el cerebro. «El CNI tenía conocimiento de las intenciones que tenía el imán y permitió que nos comiera la cabeza», afirmó. A ver si lo entiendo, la culpa no era del imán ni siquiera de los autores materiales del atentado, sino de los servicios secretos.

¡Esto es lo que ha comprado Junts! Pero si los terroristas eran mayores de edad. ¡Hasta tenían permiso de conducir! ¡Bajaron a toda velocidad por las Ramblas! Además en zigzag, para poder pillar cuánta más gente mejor.

Luego él mismo se autodesmintió y reconoció que todo ello era una «conjetura». «No tengo pruebas, lo que quiero es que se busquen«, respondió al diputado Francesc-Marc Álvaro, que hasta su pase a Esquerra se le había considerado uno de los gurús de CDC. Deben ser cosas de la jubilación. Mejor asegurarse un sueldo público.

Mientras que la parlamentaria de Junts Pilar Calvo llegó a solidarizarse con él. «Lamento que un chico de 20 años se destrozase la vida de esta manera», afirmó. ¿Y los muertos en las Ramblas? Calvo, por cierto, era la presentadora estrella de los deportes de TV3 cuando yo era joven. Hay que depurar la cadena autonómica hasta los cimientos.

¿No podrían dejar a las víctimas del atentado de las Ramblas en paz? Es evidente que el CNI falló en la detección del atentado. Y que tuvo contactos con el imán de Ripoll. En mi opinión personal, intentaron captarlo —como supongo que a todos los imanes de España— y les engañó.

Pero de ahí a acusar a los servicios secretos de facilitar, tolerar o incluso promover la masacre hay una distancia moral que da escalofríos.

Porque si hay que cuestionar el papel del CNI hay que hacerlo también con el de los Mossos d’Esquadra. La cámara autonómica les otorgó la Medalla del Parlament por unanimidad de toda la Mesa —incluida, por cierto, el representante de Ciudadanos—.

A ellos y a todos los servicios de emergencia, a la Guardia Urbana y a la Policía Local de Cambrils. Pero a la Policía y Guardia Civil no porque eran los meses previos al referéndum y la cosa estaba que arde.

Todo ello a pesar de los 15 muertos—luego fueron 16—. Lo nunca visto: conceder un premio con semejante número de víctimas mortales. Pero claro, en pleno clímax, eran una «estructura de Estado». Parecían demostrar que podían ejercer la seguridad de un estado independiente.

Sin olvidar, no obstante, errores clamorosos en la investigación. Como cuando la juez de la explosión de Alcanar le preguntó a un comisario: «¿No será terrorismo?». Al fin y al cabo, no es normal almacenar un centenar de bombonas de butano en una casa. Okupada para más señas.

Y el mando le contestó: «No exagere, señoría». Ahí se perdió un tiempo precioso. El mando, por cierto, fue aupado luego a jefe del cuerpo. Y más tarde, defenestrado. En el primer aniversario participó, en Cambrils, en un acto en recuerdo de las víctimas con lazo amarillo.

O la famosa Operación Jaula, que tampoco dio sus frutos. Aunque, en este caso, la Policía de la Generalitat tiene experiencia de que se les escape. Como fue el caso de Puigdemont durante la última vez que cerraron las salidas de Barcelona. En esta ocasión, durante un acto multitudinario en pleno centro de la ciudad.

Sin olvidar las responsabilidades de otras administraciones. Como la del Ayuntamiento de Barcelona que se negó a poner bolardos. ¿Cómo iban a ponerlos si eran partidarios del papeles para todos, refugees welcome, volem acollir? Aquí no podía pasar lo que ya había pasado en Niza y en Berlín en el 2016.

En el homenaje a las víctimas, pillaron a la alcaldesa, Ada Colau, sonriendo. Yo, cuando vi las imágenes, pensé: tiene que ser fake. No, no, estaba sonriendo al lado de los Reyes. Creo que lo atribuyó a una hernia tras su último parto.

El proceso ha hecho mucho daño a Cataluña. Mejor dicho: a los catalanes. Porque Cataluña no es una cosa etérea, está formada por personas de carne y hueso. Daños políticos, económicos, sociales. La famosa fractura. Pero, de todos, los peores son los morales como puede verse. Junts ha tocado fondo.

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