Es muy común la reflexión sobre la Tierra como un todo, un organismo. Por lo que sabemos, se trata del único habitÔculo de nuestra especie en este rincón de la galaxia. Resulta que, ahora, la Tierra se estÔ calentando, lo que da lugar a no pocas lamentaciones del ecologismo, el gran grupo de presión. Aunque, la verdad, el calentamiento de nuestro planeta se viene detectando, como un proceso lento, desde hace algunos siglos. Si el proceso se acelerara, cabe la esperanza de que se pudieran disponer de grandes extensiones de tierras cultivables y habitables en CanadÔ y en Rusia.
Un asunto mĆ”s controvertido es la evolución polĆtica del mundo, lo que ahora se llama globalismo. La definición mĆ”s realista es esta: se trata del enriquecimiento desproporcionado de las grandes empresas mundiales, con cierta prescindencia del bienestar de las sociedades donde operan.
China ofrece una inmensa base fabril, con salarios bajos, para que la utilicen las grandes empresas norteamericanas. En un plazo corto, se irĆ” sustituyendo la hegemonĆa económica de los Estados Unidos
La vieja etiqueta de āpaĆses en desarrolloā resulta bastante cĆnica. El hecho es que se amplĆa la brecha entre los paĆses pobres y los ricos, por lo que respecta al bienestar de sus respectivas poblaciones. La actual pandemia del virus chino ha contribuido a ampliar, aĆŗn mĆ”s, esas diferencias. VĆ©ase, por ejemplo, la producción y consumo de vacunas en los distintos espacios del mundo.
La idea de una fraternidad universal, a travĆ©s de un idioma comĆŗn, como el esperanto, sigue siendo una utopĆa. Se instala el inglĆ©s como lingua franca del mundo. Es el que estudian mĆ”s personas, las que no lo tienen como idioma familiar. Por esa caracterĆstica, le sigue el espaƱol. El cual aparece mĆ”s unificado que el inglĆ©s y, ademĆ”s, se aprende mejor (solo cinco vocales). La ventaja del inglĆ©s es su facilidad para admitir toda suerte de neologismos. Pero, al igual de lo que ocurrió con el latĆn, ello llevarĆ” a que el inglĆ©s se disgregue en mĆŗltiples dialectos.
Durante la Ćŗltima generación, hemos asistido a un continuo declive, económico y cultural, del llamado Occidente (Europa y AmĆ©rica, para simplificar). En cambio, se revitalizan Asia y OceanĆa. Casi toda Ćfrica vuelve a ser colonia de otra forma.
El hecho fundamental es que la hegemonĆa del mundo se muestra, hoy con la alianza de China (realmente, del Partido Comunista Chino) con el Establisment norteamericano
Oficialmente, continĆŗa la hegemonĆa de los Estados Unidos de AmĆ©rica, pero entra en competencia creciente con China. El nuevo fenómeno, en los Estados Unidos, afecta al llamado Establishment (universidades de prestigio, poderosas fundaciones y gigantescas empresas). Tradicionalmente, era afĆn al Partido Republicano. Ahora, se alĆa, decididamente, con el Partido Demócrata. Fruto de tal tremenda oscilación ha sido el sorprendente ascenso de Biden a la Casa Blanca. Lo mĆ”s notable es que el Establisment se orienta, ahora, a una creciente vinculación polĆtica y comercial con China. Pasa por alto la abismal diferencia entre los valores democrĆ”ticos de la sociedad norteamericana y los principios rectores de la dictadura china. Se trata de una sorprendente alteración del tablero polĆtico mundial. De momento, China ofrece una inmensa base fabril, con salarios bajos, para que la utilicen las grandes empresas norteamericanas. En un plazo corto, se irĆ” sustituyendo la hegemonĆa económica de los Estados Unidos de AmĆ©rica por China. Bien es verdad, que ese paĆs es, mĆ”s bien, un inmenso continente, con enormes diferencias internas, que nunca ha conocido la libertad. AsĆ pues, es de esperar una gran revolución interna en China. Tal expectativa no pasa de ser una especulación, mĆ”s o menos, informada; realmente un wishful thinking. El hecho fundamental es que la hegemonĆa del mundo se muestra, hoy con la alianza de China (realmente, del Partido Comunista Chino) con el Establisment norteamericano. Por esa razón, perdió Trump las Ćŗltimas elecciones.