«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.

La lista (etarra) de prioridades

11 de febrero de 2022

La Guardia Civil, institución que despierta las mayores fobias entre las facciones secesionistas, ha desvelado una serie de mensajes que demuestran la existencia de un canal de comunicación continua entre el Gobierno del doctor Sánchez y el entorno de la banda terrorista ETA, cuya jefatura ostentó en su día David Pla, hoy responsable del Marco de Orientación Estratégica y vicesecretario general tercero de Sortu, formación integrada en la coalición abertzale EH Bildu. Aplique el lector la propiedad transitiva.

La ‘Operación Kubati’ ha demostrado lo que muchos sospechábamos: el establecimiento de una estrategia dedicada a legitimar (…) la acción criminal etarra

Los trabajos del instituto armado han desvelado la existencia de un trato exquisito hacia los criminales, a los que su representante e interlocutor con el Gobierno preguntaba por una «lista de prioridades», sabedor de que las pernoctaciones sanchistas en La Moncloa dependen enteramente del apoyo de organizaciones como EHBildu, en la cual está integrada Sortu, cuyo vicesecretario general tercero dirigía ETA… 

La Operación Kubati, así llamada por el apodo del etarra propietario del móvil en el que han aparecido las conversaciones, ha demostrado lo que muchos sospechábamos: el establecimiento de una estrategia dedicada a legitimar, por la vía del diálogo y por la de una particular apelación a los Derechos Humanos, la acción criminal etarra, ya prescindible, toda vez que este Gobierno, indultador de golpistas, está dispuesto a no interferir en el alcance de los últimos objetivos políticos de la banda terrorista ETA. Como todos sospechábamos, aquellas palabras del ex etarra Otegui en la que mostraba su parecer favorable a la aprobación de los Presupuestos Generales a cambio de la suelta de presos, decían más verdad que las que salen de las bocas de Sánchez y Marlasca. Transferidas las oportunas competencias en materia penitenciaria al PNV del que, en su día, se escindió una rama juvenil que bañó de sangre, alguna de ella socialista, España, todo parece dispuesto, si alguna toga no lo remedia, para que los terroristas paseen por las calles, previo cumplimiento de labores sociales confeccionadas a la medida, recibiendo el homenaje de los muchos vascos educados en el odio a la nación, España, a la que pertenecen.

La acción criminal de ETA, que hoy muchos medios al servicio de los grandes poderes políticos y económicos tratan de ocultar, consolidó el poder del secesionismo en las Vascongadas

Al cabo, como ya sostuve hace años, ETA es una parte constitutiva del régimen del 78, asentado sobre una Constitución que dejaba entreabiertas las puertas para la secesión de las regiones consideradas «históricas». No ha de olvidarse que la banda del hacha y la serpiente ya comenzó a matar durante el franquismo y que intensificó sus actos terroristas en un tiempo, el de la Transición y en el del arranque del periodo democrático, en el que algunos irresponsables confundieron a los vascos con los secesionistas vascos. Es en ese tiempo, marcado por el calibre 9 mm y la bomba lapa, donde hay que buscar el origen de muchos de los problemas que aquejan hoy a nuestra nación, pues algo muy similar, aunque con menos pólvora de por medio, ocurrió en Cataluña. Por decirlo de otro modo, la acción criminal de ETA, que hoy muchos medios al servicio de los grandes poderes políticos y económicos tratan de ocultar, consolidó el poder del secesionismo en las Vascongadas, región de la que hubieron de salir, algunos de ellos en estado cadavérico, muchos de sus habitantes.

El PSOE, al que con cierta distancia temporal imita un PP que no quiso ilegalizar al brazo político de ETA, sigue manteniendo la hegemonía a costa de cederlo todo, es decir, al precio de la destrucción política de España

Los crímenes, secuestros y extorsiones de ETA, propiciaron las condiciones necesarias para que hoy, la mayoría de los vascos, moldeados bajo el canon peneuvista o, directamente, etarra, exijan el ejercicio del inexistente «derecho a decidir», forma eufemística que sustituye al clásico «alzarse con la tierra», asumido por gran parte de compatriotas igualmente intoxicados tras décadas de exposición a la propaganda hispanófoba.

Mientras tanto, el PSOE, al que con cierta distancia temporal imita un PP que no quiso ilegalizar al brazo político de ETA, sigue manteniendo la hegemonía a costa de cederlo todo, es decir, al precio de la destrucción política de España, allí donde, según los programas políticos que manejó en los mitificados días de la Transición, nunca olvidados definitivamente, se veía con buenos ojos y un gran complejo de inferioridad, la metafísica autodeterminación de los pueblos.

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