Las falsedades sobre VOX son muchas más que las verdades y todos los medios han competido en mentir, insultar, agredir y difamar a VOX. Normal. VOX no es de la banda. Es otra cosa. A VOX le hicieron un tiempo daño. Existiendo una información veraz, VOX habría recorrido el camino hacia la mayoría con mayor celeridad de lo que lo hace.
Pero ya no le hacen daño a VOX las infamias. Y sí se lo hacen quienes las profieren, los que han tirado por la borda credibilidad, audiencia, reputación y dignidad. Es terrible el nivel de degradación profesional que se han impuesto a sí mismos periodistas y otrora grandes nombres en los medios para cumplir el mandamiento de ser vanguardia de odiadores de VOX.
Ha pasado en España como en los Estados Unidos donde periodistas odiadores de Donald Trump a tiempo completo han hundido en el desprestigio y quiebra a medios importantes. Y a sí mismos en el ridículo irrevocable. Allí lo llaman el Trump Derangement Syndrome (TDS), el síndrome de trastorno mental o enajenamiento por Trump.
Así, en España a los enemigos clásicos de la verdad en la izquierda se han unido los mercenarios y los enajenados por Trump. Están en tertulias y en todos los medios. Y producen soflamas mentirosos sin cesar. Hay soflamas de vergüenza ajena. Y después están las soflamas de los aterrados ante el fracaso de su partido, patrón o patrona.
Ya no les vale sacar al ridiculamente demonizado Francisco Franco. El antifranquismo que tanto han utilizado para reprimir la verdad e imponer sus mentiras no funciona ya. Ahora han de sacar a Putin y Rusia como el mal absoluto a ver si pueden disimular el ridículo frente a un VOX cada vez más fuerte y seguro.
El colosal, histórico y consumado fracaso del PP en su automutilante campaña por destruir a VOX hace caer a sus voceros y compañeros de viaje más allá de la falsedad y de una lacerante indignidad, en un patético ridículo. Aterrados ven que el PP sigue la caída del socialismo en pagar el precio de la larga farsa del bipartidismo.
El cambio de era ha comenzado en todo Occidente y tiene ya velocidad de crucero. En Europa y las dos Américas se multiplican los ejemplos. Están Milei y Orban, Meloni, Abascal, Jansa, Wilders y Trump y muchos más. Es imparable. Retorna el respeto a principios que la derechita traicionó para someterse al discurso subcultural y amoral de la izquierda.
Reconquistan espacio en las mentes y las almas de los europeos y todos los occidentales esas convicciones profundas de nuestra civilización que durante más de medio siglo muchos dieron por muertas y que habían sido anestesiadas por presiones de conveniencia y falsos ídolos de la mentira socialista.
Este despertar nos sitúa cada día más cerca de la derrota de esas elites que con el engaño del bipartidismo del socialdemócrata rojo y azul se garantizaban el amansamiento, amaestramiento y sumisión de las sociedades para robarles identidad, criterio, lucidez, valor y capacidad de defenderse.
Las naciones occidentales se niegan a convertirse en masas amorfas de individuos aislados sometidos a la tiranía de elites que desprecian al ser humano. Lo visto en España con Pedro Sánchez jugando con la muerte de sus compatriotas por réditos políticos menores revela que tratan ya al europeo como Xi Jiping al chino.
En España, el bipartidismo en complicidad con grupúsculos antiespañoles del separatismo y el crimen organizado creía estar a salvo. Ya sabe que no. Ahora que el antifranquismo no funciona, sacan a Putin a pasear. Tampoco funcionará. Están en marcha los vientos de la historia.
Van a ser arrollados tanto los criminales con sus proyectos del mal y poder sobre rebaños dóciles como los cobardes que pactan ventajas con la tiranía. Van a acabar en la marginalidad los adictos a la conveniencia como los milicianos de la mafia socialista, ellos sí aliados de Vladimir Putin y sus criminales socios cubanos, venezolanos o iraníes.
Es imparable la quiebra de los partidos mentirosos y sus medios de comunicación, cada vez más despreciados por las sociedades occidentales. Cuando, como ya ha pasado en Austria, en Chequia, en Francia y en tantos otros próximamente, el partido de Patriotas en España, es decir VOX, sea el más votado, muchos habrán descubierto ya que es la única alternativa al desastre.
Pero nadie piense que las soluciones buenas van a acabar convenciendo a quienes medran para que fracasen. Habrá quienes sigan como hoy soltando espumarajos de infamias en el resentimiento y odio a VOX. Y cada día más patéticos, más cómicos, intentarán salvar a sus patrones publicando diálogos secretos de Santiago Abascal con Pepa Millán que, como todos sabemos, son siempre en ruso.