«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Enrique García-Máiquez (Murcia, pero Puerto de Santa María, 1969). Poeta, columnista y ensayista. Sus últimos libros son 'Verbigracia', (2022) poesía completa hasta la fecha; y 'Gracia de Cristo' (2023), un ensayo sobre el sentido del humor de Jesús en los Evangelios
Enrique García-Máiquez (Murcia, pero Puerto de Santa María, 1969). Poeta, columnista y ensayista. Sus últimos libros son 'Verbigracia', (2022) poesía completa hasta la fecha; y 'Gracia de Cristo' (2023), un ensayo sobre el sentido del humor de Jesús en los Evangelios

La suerte de Feijoo

21 de febrero de 2024

El poeta y columnista Francisco Bejarano, maestro doble, me riñó una vez por mi querencia a usar en mis artículos expresiones como «en mi opinión», «yo diría», «creo» o, la peor de todas, «según mi humilde parecer». Bejarano me hizo notar que todo lo que uno escribía en una columna de opinión era su opinión o humilde parecen, que los lectores de periódicos eran muy listos y que ya sabrían ellos poner el tamiz subjetivo a todo lo que escribiese.

Así que diré que Feijoo es un tipo con una suerte que no se la merece, aunque algunos crean o que no tiene tanta suerte o incluso que al saber le llamo suerte. En principio, Feijoo, que se ha hecho fuerte en Génova, va a heredar lo que quede del Gobierno de España sin ningún merecimiento especial tras la lenta descomposición del Frankenstein de Pedro Sánchez. Si el líder del PP fuese Pablo Casado o Martínez Almeida lo heredarían igual. Si fuese Isabel Díaz Ayuso, quizá antes.

El hundimiento del PSOE es autoinducido, imparable y se acelera. Las elecciones gallegas lo han puesto de manifiesto, pero ya perdió las generales y lo que le queda por perder. Si Sánchez no arrastra a España con él, Feijoo lo tiene a huevo, como vulgarmente se dice, para que los restos de España se vengan a sus manos.

¿Acaba ahí su suerte? En absoluto [diría yo]. Si ganase por mayoría absoluta, no haría más que gestionar la ruina, subir los impuestos para salvar al Estado Elefantiásico y agradar a los mandamases europeos, mientras pone buena cara a los nacionalistas de aquí para lo de la concordia. Feijoo con mayoría absoluta sería un escalón más de la escalera que baja al pozo de nuestra desesperación. No revocaría ninguna ley socialista, ni aborto ni ley trans ni memoria histórica ni nada. Tampoco implantaría ninguna libertad de educación ni reconstruiría la independencia judicial ni recuperaría el Plan Hidrológico Nacional ni se preocuparía demasiado por la decadencia demográfica.

Pero es un tipo con una suerte asombrosa [como digo]. Cuando gane, como ganará gracias a un Sánchez que va hacia el derrumbadero de la historia, no lo hará con mayoría absoluta. Dependerá de los escaños de un Vox que, elección tras elección, resiste el acoso del «voto útil» y los medios del miedo, incluidas las gallegas donde ha aumentado su pequeñísimo porcentaje de voto. Todo indica que, con una u otra proporción, el suertudo de Feijoo dependerá de los votos del férreo Abascal.

Y, tal y como se están poniendo las cosas entre ambos partidos políticos, será seguro que Vox no le regale nada al PP y le exija el cumplimiento de políticas y remedios imprescindibles. Y ésa será otra vez la suerte inmerecida de Feijoo, que, obligado, hará políticas que España necesita. Aunque arrastrará los pies, tendrá que agachar la cabeza. Esos diez o doce aspectos serán, a medio y largo plazo, los más aplaudidos y recordados de su mandato. Si no se le rompe la racha de suerte y necesita a Vox, y cuanto más, mejor, hará un papel bastante digno contra toda su predisposición anímica y su disposición personal.

[Yo diría que] él no lo ve, en absoluto, y que hace todo lo posible por desbaratar su baraka. Puede incluso que tenga la esperanza de que los restos del hundimiento socialista lleguen flotando a su orilla, y Page le haga de paje. O que la Unión Europea obligue a los náufragos socialistas que queden a votarle. Por fortuna (para él y para nosotros) eso no va a pasar. Tendrá que depender de Abascal, para su fastidio y su fortuna.

.
Fondo newsletter