«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

La torta a Macron

27 de mayo de 2025

Ya han salido todos. Les ha faltado tiempo para proclamarlo: a Macron le pega su mujer.

Lo primero es que pegarle, lo que se dice pegarle no, le da un poquito de refilón.

Y lo segundo es que… ¿a quién alguna vez no…?
A mí Macron ya me cae mejor. Ya me lo empiezo a creer. Y si esto es ser de centro demoliberal, igual me lo tengo que pensar…

A Macron su mujer le lleva tieso, sí, ¿y qué? Podemos criticar que ella sea muy mayor o que no sea muy guapa, incluso hay quien sospecha que es un señor (una fantasía muy de la derecha que lo piensa también de la mujer de Sánchez y de Michelle Obama), pero que la mujer ejerza un dominio sobre uno que llegue incluso a lo físico, hombre, tampoco nos vayamos ahora a rasgar las vestiduras.

Aquí hay mucho milhombres, mucho macho Camacho al que habría que ver en casa. Que la mujer toque la carita es más viejo que el mundo.

Es verdad que Brigitte no es Rita Hayworth pero su gesto nos dice que lleva una Gilda dentro y la cara de Macron al descubrir que el mundo le está mirando es genial. Ahí sí es enteramente Louis de Funes, como le bautizó Ruiz Quintano.

El centrista revela una vis cómica que ya le permitiría codearse con Trump. Este, y no el que va de Napoleón, es el mejor Macron: al que le zurran y sale con garbo del atolladero.

El eurocentrismo demoliberal tecnoglobalista (criaturita) alcanza su primera coherencia: que te pegue tu mujer y lo lleves con entereza democrática.

El gran rodillo femenino siempre nos espera en casa. Como en los cómic, tenemos la amenaza de Ella esperando utensilio en ristre…

Pero es que así se lleva un hogar. Es más, amigos de civilización, ¿cómo se sostiene Occidente si no?

Es mentira que lo sostenga el hombre de Jünger con un hacha en la puerta del domicilio. Se sostiene por la mujer que espera a ese hombre en la cocina con un rodillo.

En otras culturas mandarán ellos, aquí tenemos muy claro la que manda.

Así que se le pueden criticar muchas cosas a Macron, pero esto no. Brigitte, con su carantoña que quiere ser guantazo, nos baja a Macron de las élites, y nos lo hace casi casi chaleco amarillo.

Con nostalgia gaullista, del hombre fuerte, se querrá ver en esto la total decadencia europea, pero a mis amigos les pido realismo y sinceridad. Quien no cobre o haya cobrado alguna vez de la mujer… malo.

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