El anuncio del dirigente político venezolano Leopoldo López de demandar penalmente al excanciller y expresidente de PDVSA Humberto Calderón Berti, por «calumnias y ataques infundados», es el último de una serie de errores que hunden cada vez más al jefe del partido Voluntad Popular.
Cuando aquel 30 de abril de 2019, López apareció en las calles en medio de un supuesto alzamiento militar, el pueblo venezolano quedó sorprendido y finalmente disgustado de que la intentona fuese coordinada por López en conjunto con altos funcionarios chavistas, entre ellos, el general Cristopher Figuera, entonces jefe del Sebin, Maikel Moreno, presidente del TSJ, y Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa.
En octubre de 2020, cuando Leopoldo López huyó de Venezuela y dio una rueda de prensa al llegar a Madrid, una vez más sorprendió negativamente a los venezolanos al reiterar la misma tesis del 30 abril: la transición debe incluir a sectores del chavismo.
El 5 de octubre de este año, López opinó que la oposición debía participar en las próximas elecciones regionales, pese a que no se trata de unos comicios libres y transparentes -como reconoce-, sino de unas elecciones amañadas. A los pocos días, profundizó en sus contradicciones cuando, desde Guatemala, dijo confiar en el diálogo de México entre representantes del régimen y el sector de la oposición -donde él se ubica- para lograr un acuerdo que resuelva la crisis venezolana. Como siempre, y pasados apenas tres días de esa declaración, Maduro ordenó levantar la mesa de negociaciones por la extradición de Alex Saab.
Pero la gota que ahora derrama el vaso es que Leopoldo López ha enfilado sus baterías en contra de uno de los hombres más prestigiosos de Venezuela, Humberto Calderón Berti, por el hecho de que este no se prestara a tapar acusaciones o señalamientos que envuelven a funcionarios del Interinato. Esto contrasta con la benevolencia que López muestra frente a su propio compañero de tolda, el diputado Freddy Superlano, quien fue descubierto en flagrancia en medio de un escándalo de prostitutas en Cúcuta en febrero de 2019, quien además firmó la carta de “buena conducta” como presidente de la comisión de contraloría de la Asamblea Nacional que exoneró al hoy detenido en Estados Unidos Alex Saab, vinculado a tramas de corrupción. Para López, esos tropiezos de Superlano deben ser nimiedades, por lo que le brinda su apoyo como candidato a la gobernación de Barinas para los comicios nada transparentes de noviembre próximo.
Lamentable también la tibieza que muestra frente a las presuntas irregularidades en el manejo de la empresa Monómeros.
Error tras error es lo que se observa en el actuar de López. Mientras, Humberto Calderón Berti, con sus 80 años, nos muestra una hoja de servicios a Venezuela incuestionable, junto a una sólida y firme posición contra el régimen criminal instaurado en Venezuela desde hace 22 años.
