«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Verdad y Libertad

29 de octubre de 2014

¿Qué hay más propio de una sociedad plural, y más divertido, que las pullas entre medios de comunicación? Las diferencias ideológicas se mezclan con las pequeñas querellas personales y las resuelve el ingenio cruzado de los periodistas. Más allá de algún ego herido, no suele haber daños. La situación es distinta cuando la que sale dañada es la verdad, y más cuando el atropello es sistemático. 

El diario El País publicó este martes que el Partido Popular había suscrito la casi totalidad de las acciones nuevas emitidas por Libertad Digital. Se basa en que el PP compró 410.000 euros en acciones, y LD emitió 43.400 títulos con un valor nominal de 10 euros. Pero las acciones tenían una prima de 100 euros, por lo que el capital emitido fue, en realidad, de 4.774.000 euros. La emisión no tenía sentido como inversión económica, pero sí como “inversión ideológica”, para apoyar a un grupo libre y, por tanto, en peligro. Al compañero José Manuel Romero, de El País, le hubiera bastado leer la nota de la CNMV. Pero ni él ni el redactor jefe de la sección de España lo hicieron. O prefirieron que la realidad no estropease un titular como “El PP adquirió la mayoría de participaciones de Libertad Digital”.

No queda aquí la cosa. Titula la Cadena Ser: “Piden la imputación de Jiménez Losantos por blanqueo de capitales y delito fiscal”. “Piden”, dice, pero no señala quién, sólo menciona que es “la acusación particular”. La petición se basa, de nuevo, en saltarse el hecho de que la emisión de cada acción era por 110 euros, y no por 10; un error de bulto incluso para una asociación que se llame Observatori per al Compliment de la Declaració Universal dels Drets Humans en els Drets Economics, Socials i Culturals. Tiene más nombres en su título que años ha pasado en la cárcel su abogado, Gonzalo Boyepor colaborar con la banda ETA, que ya es decir. 

Luego dice El País que LD es «un grupo mediático al servicio del PP». Se ve que la viga en el ojo propio, o el hecho de que aquél periódico entienda el periodismo como el servicio al poder, le impiden a El País ver que lo contrario está mucho más cerca de la verdad. Es fácil de comprobar. Pasen y lean.

Uno puede pensar lo que quiera de invitar a Ángel Acebes a que anime a los militantes del PP que participen en esa ampliación de capital, pero eso es voluntario. No es lo mismo que hablar con un político para que extorsione a los bancos y éstos sostengan un imperio mediático. Y, sobre todo, no es lo mismo decir la verdad que mentir minuciosamente para dañar a otro medio de comunicación. Con todo, yo soy optimista y creo que sólo un vendaval bolivariano podría acabar con un punto de encuentro entre ciudadanos que se aferran a la verdad y a su libertad y profesionales dispuestos a defender ambas.

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