Declaraba esta pasada semana Albert Rivera, conocido y valiente defensor de la libertad de los padres de elegir la lengua en que quieren escolarizar a sus hijos, Ā que su partido estĆ” en contra de financiar con dinero pĆŗblico āo sea, con el dinero saqueado a los padres vĆa impuestos- Ā los colegios concertados sólo de niƱos o sólo de niƱas. Colegios de los que dicen los de la ceguera ideológica y la manipulación del lenguaje que segregan, como si constituyeran una suerte de apartheid.
Es decir, Albert Rivera pretende imponer a los padres de esos niƱos su modelo educativo. Ā Esquizofrenia polĆtica. Elegir la lengua, por eso de que estamos en contra del nacionalismo, pero no el modelo educativo, por eso de que somos socialdemócratas. Ā Como si los padres los niƱos de estos colegios no pagasen impuestos igual que Ć©l. Como si Ć©l supiera mejor que ellos quĆ© necesitan sus pequeƱos. Como si todo nacionalismo no deviniera en socialismo y todo socialismo no deviniera en nacionalismo. El colectivismo, es el colectivismo.
El problema de la libertad de educación, como en general lo es de la libertad, es que se cree o no se cree en ella. No caben medias tintas. Ā Empero, no son pocos quienes dicen defender tal cuestión pero luego se oponen, cosas de la mentalidad estatista, a que los padres puedan, por ejemplo, educar a sus hijos en casa, como sucede en otros paĆses, en donde el Homeschooling no sólo estĆ” permitido, sino que las universidades mĆ”s prestigiosas āporque allĆ hay universidades de prestigio- reservan plazas para los homeschoolers por llegar a sus aulas con mĆ”s nivel que los niƱos que han acudido a la enseƱanza reglada.
En EspaƱa, en donde la enseƱanza oficial es entre mala y peor, han surgido en los Ćŗltimos tiempos iniciativas de defensa cheque escolar, que es una vĆa hacia la libertad de elección de los padres o la Plataforma por la Libertad Educativa, de la cual participa la conocida activista Laura Mascaró, que defiende tanto el homeschooling como el flexischooling. Ā Modelos que yo no elegirĆa para mis hijos, como tampoco lo harĆa con la educación diferenciada. Ā Pero no consiento que ningĆŗn polĆtico nos robe, āpor nuestro bienā el derecho a elegirlos. A ser libres.
Ni una ni otra propuesta cuentan con el apoyo de Ciudadanos, entregados como estÔn los naranjas al consenso socialdemócrata, del cual aspiran a convertirse en el gran partido, sustituyendo asà a PP y PSOE. La libertad educativa no estÔ de moda.