«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

Los dúplex al sol

22 de septiembre de 2024

Cuando por algún designio quizás no del todo sociológico el CIS comunicó que la inmigración era el primer problema de los españoles, salieron los pastorcillos bufonescos a reordenar el rebaño y afear la preocupación del españolito o joven español. ¡Qué es eso de preocuparse por la inmigración y dejar de preocuparse por el fascismo!

Hubiera sido interesante añadir el lugar de residencia de cada uno, por saber cómo de cerca les quedaban los efectos del fenómeno y por ubicarlos en el que iba a ser, inmediatamente, en cuestión de horas, minutos, el asunto a tratar: el problema de la vivienda: las dificultades inmobiliarias de una actriz niña de papá lloradas a Broncano, los Pantomima Full convertidos al realismo social o, baste otro ejemplo, la crítica de Berto y Buenafuente al hecho de que la más antigua sala de cine del país se vaya a destinar a pisos turísticos, crítica formulada en el Festival de Cine de San Sebastián donde por tanto se pudo haber protestado y no se protestó.

Como dirían los zetas, se viene alud de crítica social con el tema de la vivienda que ellos reducirán al barrio de Salamanca, la figura del pijo normadrileño, y la del especulador inmobiliario.

Así rentabilizarán para La Causa un problema en el que no pueden hacerse los suecos. Lleva el PSOE más de 27 años gobernando en este régimen que venía a transformar una España de propietarios, y mucho más, medio siglo, mandando en los medios, el cine, la educación, las universidades y el mundo editorial, ¿y qué España tenemos? Ni siquiera les ha dado tiempo de acabar con los pijos. ¿Qué serían ellos sin el pijo madrileño con el que, por otro lado, comparten restaurantes, tiendas y exclusividades varias?

El pijo es eterno pero se transforma, y pasó de ser el de Los Santos Inocentes al del «fantástico ático dúplex».

Wyoming no podía porque la última vez que contaron tenía 19 inmuebles en Madrid, pero ahora llega Broncano y renueva el adanismo progresista con una nueva inocencia. Si el primero estuvo 40 años de humorista oficial sin tener ni puñetera gracia, no hay límite para Broncano…

Y si prestamos atención al humor gangoso, oficial y absurdo, vocalización de oligofrenias, algo de repente suena, algo se hace audible… «jijijaja, profgsrsns, jijijaja, ohsgsybsgsta, problema de la vivienda»…

Las meninges comprometidas ya estarán pariendo un Lunes al sol inmobiliario, un Dúplex al sol.

El fracaso de la izquierda sistémica española, herederapisos del Movimiento con un porcentaje añadido de folclore monetizando el resentimiento, lo han resumido los homenajeados Almodóvar y Maruja Torres: eutanasia, alegre eutanasia, libre y pública y sandunguera eutanasia para todos, eutanasia recreativa, lúdica e igualitaria…

Todas sus ideas y obras se resumen y van a parar a la Nada total, el morirse sin darle mucho gasto a la sanidad pública, que es de todos.

No han producido otra cosa que estancamiento, desigualdad, ruindad sectaria, depresión, cutrez, docilidad y engaño y ahora llega su gran obra: el automatarile en piso compartido.

Y como si vinieran de Marte y  no tuvieran nada que ver en el asunto, nos van a hablar de la vivienda.

 A los que hemos visto a una generación convertirse de la noche a la mañana en feministas, como si les rodeara el drama de la mujer afgana, nos preparamos ya para unos añitos de neorrealismo con cine social, chistecito social, reporterismo social, una actualización del pijo expiatorio y poco miramiento con los excluidos del chiste, que no son el objeto del chiste, sino los que no le ven ni puta gracia.

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