«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Alicante, 1987. Escribe noticias desde que tiene uso de razón. Ha trabajado en radio, prensa escrita y televisión en medios como Radio Intereconomía, El Toro TV y Okdiario. Siempre en los últimos reductos de la libertad de expresión.
Alicante, 1987. Escribe noticias desde que tiene uso de razón. Ha trabajado en radio, prensa escrita y televisión en medios como Radio Intereconomía, El Toro TV y Okdiario. Siempre en los últimos reductos de la libertad de expresión.

Mala gente

23 de febrero de 2023

La expresión «gente de bien» utilizada este martes por Alberto Núñez Feijoo para defender en su debate con Pedro Sánchez a lo que yo llamaría gente normal, me resulta paletísima. Para empezar, porque sólo se puede ser gente de bien siendo provida y del Real Madrid. Hasta ahí supongo que estamos todos de acuerdo. ¿Son todas las personas que no cumplen con estos dos requisitos gente de mal? Pues no. También los hay inconscientes, supongo. Y existe la mala gente, sí. En general todos aquellos con los que pacta este gobierno de coalición al que llamamos así porque «amigos del hampa, de filoterroristas, de maltratadores, de corruptores de menores y libertadores de violadores» es muy largo.

Por cierto, que hablando del Real Madrid, Feijoo fue el martes además de al Senado a la capilla ardiente de Amancio y aprovechó para decirnos algo parecido a que era muy humilde y eso es muy bueno. Como si hablara de humilde a humilde. Él. Que no es capaz de apoyar una moción de censura necesaria y no partidista porque la presentan otros. Y hablando de «gente de bien», a Sánchez le molestó muchísimo la expresión. A él no por paleta, porque no hay otro personaje público con ese complejo de nuevo rico, sino porque se dio cuenta de que no estaba incluido en el grupo. Sólo por eso dan ganas de decirlo todo el rato.

En el Congreso tenemos bastante gente mala. Gentuza. Y claro, pasa lo que pasa. Que los martes salen en rueda de prensa unas portavoces independentistas con cara de necesitar un policía infiltrado y que se dedican a ofender e interrogar a los periodistas a los que deberían responder y a empujar la bandera de todos los españoles. A mi no me molestarían nada estas pobres catetas si no fuera porque les pagamos un sueldo de casi 120.000 euros al año a cada una. Que me insulten pagando me parece peor. Y que seamos rehenes de estas amigas de los CDR, el colmo. Es inaudito que no haya ningún mecanismo legal para que estén obligadas a responder a la prensa y a respetar los símbolos nacionales, pero tendría que tomar cartas en el asunto Meritxell Batet, y ni está ni se la espera.

No hay una lotería mayor en España que tener un voto que necesita Pedro Sánchez para algo que beneficia a su persona. Que se lo digan a las separatistas estimuladas Mireia Vehí y Miriam Nogueras, a Irene Montero o a Gabriel Rufián. Rufián es ese señor que considera una genialidad decir que «las banderas no alimentan, ni curan, ni consuelan». Él tampoco alimenta, ni cura, ni consuela. Ni tiene ninguna otra utilidad, que sepamos, y ahí está. Cobrando diez veces más de lo que habría llegado a cobrar jamás en el sector privado de no haber sido descubierto a tiempo como mascota charnega de Junqueras.

Gracias a Dios no todos somos como Nogueras. No apartamos a empujones lo que no nos gusta, porque entonces ella recibiría todos los días embestidas de la gente de bien. También es cierto que se consolaría con los más de 700.000 euros que nos ha estafado a todos los españoles desde que es nuestra diputada, que no nuestra representante. Y que los de Junts tuvieron el mejor maestro que se pueda desear para robarnos a los españoles a la vez que se nos insulta: Jordi Pujol. A lo mejor cualquier día de estos algún partido además de Vox entiende que a esta gente hay que ilegalizarla y echarla de las instituciones como se hace en muchos países europeos. Que hay que ponerles «ruedas en el camino», que diría esa dignísima heredera de María Jesús personas actuales Montero como portavoz del gobierno que es Isabel Rodríguez. Pero ya vamos perdiendo la esperanza.

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