«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El mapamundi catalán

3 de julio de 2014

Los delegados de la comisión La sardana sin fronteras del Institut Nova História acudieron a su cita londinense con Stephen Hawking. Llegaron a su laboratorio para encargarle al físico británico un mapamundi de Cataluña y pedirle que datara el momento exacto del big-bang que provocó que todo el planeta Tierra se convirtiera en Cataluña, excepto un pequeño reducto de bárbaros rapaces que, desde sus ásperas fortalezas mesetarias de Castilla, se dedicaban a robarle a Cataluña el presente y a saquearle la historia. Que un catalán escribe El Quijote, los montaraces castellanos dicen que el autor era de Alcalá de Henares. Que un noble barcelonés llamado Joan Colón descubre América,  los salvajes castellanos le cambian el nombre y se apropian de la gesta. Que un catalán como Hernán Cortés conquista Méjico, los bandoleros de Castilla van y le cuentan al mundo que era de Medellín, provincia de Badajoz. Ya ve usted, señor Hawking, si en Badajoz no hay más que gorrinos, bellotas y charnegos… ¡ Cómo va a haber nacido allí un catalán de la estirpe de Hernán Cortés ! que enamoró a la Malinche cantándole habaneras y derrotó a Moctezuma con un capitán de Reus que se llamaba Prim

El Universo es ilimitado, pero no la paciencia de Stephen Hawking que, harto del memorial de agravios de la comisión de La sardana sin fronteras, los despidió con fina ironía británica diciéndoles que él no hacía mapas mundi, sino mapas cósmicos y que no podía datar el big-bang catalán pero sí el momento en el que comenzaron a volverse tontitos. Fue – les dijo – cuando metieron ustedes en las mochilas escolares de los niños catalanes el primer libro en el que se decía que «el Ebro es un río catalán que nace en tierras extrañas «. Compuestos y sin mapamundi salieron del laboratorio del heredero de Einstein, bordearon el Támesis, que es otro río catalán que nace en tierras extrañas, y se encomendaron a Santa Teresa de Jesús y a San Ignacio de Loyola, que son tan catalanes como la Mureneta, para contar en el Parlament y en TV3 que Stephen Hawking es otro bandolero castellano, motaraz e irreductible al que hay que crucificar en el CAC. 

 

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