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La Gaceta de la Iberosfera
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Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.

Mártires apócrifos

29 de diciembre de 2021

Un mes después de integrarse en el «Frente Amplio» encabezado por la ministra Yolanda Díaz, que recientemente visitó el Vaticano en una maniobra propagandística sostenible -la estola violácea que entregó al Pontífice se confeccionó con fibras recicladas, según pudimos saber-, el Ayuntamiento de Barcelona, del cual Ada Colau es primera edil -puesto en circulación el vocablo miembra no descartamos que pronto aparezca edila-, lamentó en su cuenta de Twitter el fusilamiento de Francesc Maciá:

Hoy hace 88 años que el president de la Generalitat Francesc Macià fue fusilado. Le rendimos homenaje con la ofrenda floral en su tumba, en el Cementerio de Montjuïc.

Tal fue el desahogo de los responsables de comunicación del consistorio, dispuestos a añadir carga dramática a la muerte del político al que los partidos y entidades catalanistas homenajean anualmente en el cementerio de Montjuic. Al parecer, el fusilamiento post mortem atribuido a Maciá en un trino que fue borrado poco después, fue fruto de la confusión entre don Francisco y Companys, que sí fue ejecutado de ese modo en 1939. Maciá había fallecido tres años antes, en la Navidad de 1933, después de ser sometido a una intervención quirúrgica con la que se trataba de atajar una obstrucción intestinal que padecía. Rodeado de bisturíes, que no de fusiles. Así terminó la vida de quien en 1879 se había graduado en la Academia de Ingenieros Militares de Guadalajara, carrera militar en la que se mantuvo hasta 1906, antes de iniciar una deriva ideológica que le llevó a convertirse en figura del secesionismo catalán.

Ada Colau (…) practica una historia creativa capaz de fusilar a un muerto o de imponer una selectiva desborbonización que no afecte a los antepasados de quienes, como ella, cultivan el género fantástico

El fusilamiento apócrifo de Maciá recuerda al falso martirologio adjudicado a otro de los referentes del mundo catalanista, Rafael de Casanova, patriota español del bando austracista a quien en determinadas ensoñaciones se le hace morir heroicamente en la jornada del 11 de septiembre de 1714. Sin embargo, como es sabido por todo aquel que quiere saber, Casanova no murió en el asedio final de Barcelona abrazado al estandarte de santa Eulalia, que no a la cuatribarrada, sino que lo hizo, ya octogenario, en 1743 en la propia Ciudad Condal de la que escapó tras la victoria borbónica gracias a un falso certificado de defunción. Sea como fuere, el tuit citado, que fugazmente otorgó a Maciá la categoría de mártir, supone un nuevo jalón dentro del fabuloso ambiente en el que se ha desarrollado la exitosa carrera de Ada Colau, otrora Supervivienda, aficionada a atribuirse una serie de episodios biográficos con los que ha adornado una trayectoria que le ha llevado a la alcaldía de la segunda ciudad de España, desde donde practica una historia creativa capaz de fusilar a un muerto o de imponer una selectiva desborbonización que no afecte a los antepasados de quienes, como ella, cultivan el género fantástico.

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