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Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

Martirio español

10 de marzo de 2024

Parece la descripción de unos movimientos de ajedrez: 20D, 23F, 11M, y quizás lo sean. Pero son los hitos del Régimen, caracterizados por la violencia, el misterio (siendo piadosos) y la absoluta falta de democracia.

La Transición comienza en el Franquismo, no en democracia alguna, pero sobre lo trazado surge un nuevo curso de realidad cuando asesinan a Carrero Blanco. 20 de diciembre de 1973. La Transición se redirecciona y se desarrollará entre actos de terrorismo.

Con el 23-F comienza otra fase. Golpe dentro un golpe, timo o trile en la opereta. El 23-F es el acto de nupcias democráticas entre la prensa, el Rey y los partidos. El Ejército termina de ser el Malo en el relato de la Transición (el Coco) y el Rey se corona de legitimidad. Hubo violencia, rugir de tanques, pero más que violencia, miedo. Iba a ser una monarquía miedocrática.

2004. Justo en el 11-M, el mayor atentado de la historia de Europa, se introduce, nos lo cuenta López Bru, el Tiempo Nuevo. ETA ha estado matando hasta entonces y ahora que le cuesta irán cambiando las cosas. ¡El yihadismo! Traumatizada, España vota, la hacen votar, y lejos de reconstruir el famoso ‘consenso’, cuando al país aun le pitan los oídos por la detonación, los que ganan aceleran para cambiar las cosas.

¿Qué tenemos, por tanto? Que el origen de la Transición, queda marcado por un atentado; que la Transición misma se hace escoltada por ETA (primero amnistiada y luego homologada); que el 23-F se legitima el Rey y se cambia el Ejército (auténtico receptor del golpe), que el 11-M muda la política internacional , abre un cambio ideológico y los Estatutos de segunda generación (en los primeros suena ETA; en la segundos el no-ETA de los trenes). Añadamos que el proceso ‘democrático’ y el censo vasco han sido moldeados por el terrorismo y que en Cataluña se desarrolla un largo golpe institucional que en 2017 acaba en Declaración de Independencia.

O sea, casi todo: la Transición misma, el destino del País Vasco y Cataluña y con ellos toda la política autonómica, el Ejército, la monarquía, la política internacional y el giro de 2004 (que siendo al principio un volantazo de política internacional lo fue más interno y, de resultas de ello, geopolítico a la larga pues debilitaba España). Todo se hizo con terror y miedo.

La ‘democracia’ española es una mentira. Todo se ha hecho con una mezcla de violencia y operaciones teatrales. El 11-M es, junto con los asesinatos de ETA, lo peor de todo. Los herederos de ETA ya deciden gobiernos y sobre el 11-M, ¿qué tenemos? Si salen a la calle a preguntar a los españoles por los nombres o las caras de quienes lo hicieron, comprobarán que ni se sabe. No hace falta ni entrar en los fallos de la versión oficial. Realmente, los malos nunca fueron los malos. O de otro modo: los malos oficiales no recibieron odio, ira, obsesión, venganza… No están en los libros, en las series, en las pesadillas… El atentado se hizo muy pronto abstracto, como una escultura moderna vagamente alusiva.

Todo resurgimiento nacional (y por nacional, democrático) ha de partir de ahí; de lo contrario al olvido o a la neutralización consensuada y oficial de esos episodios (envueltos, si acaso, pasados los años suficientes, de cierta dosis consentida de misterio). La inmensa carga de violencia política e histórica debe asumirse como una herida abierta que acusa y niega lo actual, fruto de engaño y violencia, y señala el martirio español al que rendir el futuro.

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