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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Obama: no a la Duma

20 de agosto de 2013

En Occidente somos muy afines a criticar a otros si no siguen nuestras reglas, y nos damos el lujo de otorgar carnés de demócratas a quienes, pensamos, más se lo merecen. Viene esto a cuento por lo siguiente. La Duma, el Parlamento de Rusia, prohibió recientemente por ley la propaganda homosexual en público. Hay que aclarar que no se trata de perseguir a nadie por su orientación homosexual, sino de impedir actos perversos como las carrozas del Día del Orgullo Gay en lugares públicos por donde pasen niños o su promoción en televisión en horario infantil. Lo cierto es que la ley fue aprobada por 388 votos a favor, uno en contra y una abstención. Vamos, que mayoría absoluta. Pero Obama, que no acepta esta mayoría, ya ha dicho que “espera que algún atleta gay o lesbiana traiga a casa alguna medalla” de la ciudad rusa de Sochi, donde se van a celebrar los Juegos Olímpicos de Invierno, además de decir que “si Rusia no tiene atletas homosexuales, probablemente su equipo sea más débil”. Ni lo sé ni me importa si Rusia tiene atletas homosexuales o no. Allá cada uno. Pero si sé y coincido con el 99,99 % del Parlamento ruso que actitudes exhibicionistas como las del Día del Orgullo Gay no son precisamente lo más adecuado para la moral de una nación. En línea, en definitiva, con la Convención Internacional de Derechos Humanos, que si bien se ha convertido en un organismo controlado por el lobby gay, también lo es que en 1981 dictó una sentencia donde llamaba a “ejercer control sobre el comportamiento homosexual”.En definitiva, y como dijo el Papa Francisco, “los homosexuales no deben ser juzgados ni marginados” pero “mientras la orientación sexual no es un pecado, sí lo pueden ser sus actos”. Y por ello Rusia protege a sus menores de la incitación a estos actos, lo que no hace Occidente.*Santiago Velo de Antelo es director de ‘Diplomacia’.

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