La posibilidad de encontrar riqueza en forma de hidrocarburos en aguas españolas, a más de 60 kilómetros de Canarias, es una oportunidad que no hay que despreciar. Así lo expresamos en el Senado esta semana y hoy volvemos a defender esta idea, porque creemos que todo lo que permita diversificar nuestra economía es imprescindible y de suma importancia.
Hemos tenido la oportunidad de preguntarle al Gobierno de la Nación, a través del ministro de Industria, Turismo y Energía, José Manuel Soria, qué beneficio reportaría en materia económica y de empleo tanto para España como para el Archipiélago el posible hallazgo de petróleo y gas como consecuencia de las prospecciones que se están llevando a cabo.
Gracias a esta interpelación hemos ratificado algunos datos que ya de por sí eran esperanzadores y más aún si tenemos en cuenta que somos una de las Comunidades Autónomas más afectadas por el desempleo con un 33,18 por ciento y un 72 por ciento de paro juvenil. A nadie se le escapa que estamos ante un drama económico y social que precisa de medidas concretas para reconducir esta situación.
Y ya no vale quedarnos sólo con el turismo puesto que las buenas cifras obtenidas el pasado año por este sector, que supusieron batir un récord histórico, y las del 2014 seguirán por esa dirección, no han sido suficientes para disminuir la crisis en todos sus aspectos.
Frente a esta situación, el Gobierno de España estima que los dos sondeos exploratorios previstos para este año supondrán una inversión cercana a los 300 millones de euros, cantidad que podrá incrementarse en las futuras fases de desarrollo y producción hasta los 9.000 millones en caso de que estos trabajos tengan éxito, lo que generaría entre 3.000 y 5.000 oportunidades de empleo, especialmente en las Islas Canarias.
Estamos convencidos de que no hay ningún país en el mundo que teniendo riqueza en su entorno no la explore ni la explote con las debidas garantías. Hablamos de la máxima expresión de lo que se denomina desarrollo sostenible. Y más aún cuando destinamos en torno a un 4 por ciento de nuestro Producto Interior Bruto anual a importar hidrocarburos y tenemos una dependencia del 99 por ciento.
Aminorar esta carga sería una importante aportación a la economía española y a la balanza de pago de alto valor, teniendo en cuenta que las necesidades de importación de crudo en 2012 se situaron en 58 millones de toneladas para el conjunto del país y representaron una abultada factura para las administraciones y las empresas españolas.
Si se confirmara la presencia de hidrocarburos en Canarias estaríamos en un escenario totalmente diferente ya que se produciría una reducción de nuestra dependencia de más de 5 millones de toneladas al año, lo que representa cubrir hasta un 10 por ciento de la demanda anual durante un período mínimo de 20 años.
O dicho de otra manera. España podría ahorrarse 36.000 millones de euros durante esas dos décadas, una cantidad nada despreciable a la que tendríamos que sumar los ingresos adicionales obtenidos por el Estado derivados del Impuesto de Sociedades y que rondaría los 700 millones al año.
Estos datos nos demuestran que de tener éxito las exploraciones, este proyecto podría ser el embrión de una industria especializada en el sector energético que nos ayudaría a posicionarnos en el mercado internacional y permitiría diversificar la economía canaria. Algo que nos hace mucha falta.
Mientras unos cambian de opinión en un abrir y cerrar de ojos, y otros relacionan a su partido con las instituciones en las que está presente, avisando irresponsablemente de fracturas en Canarias, nosotros preferimos seguir esforzándonos para defender los intereses de los españoles y concretamente de los canarios, apostando de forma decidida con todas las garantías jurídicas y medioambientales para buscar nuevas fórmulas en la empleabilidad de Canarias y del resto del país.