“Juntos por un gran país”, fue el lema elegido por el Partido Popular para celebrar su Convención Nacional el pasado fin de semana en Madrid. Creemos que la frase no puede ser más acertada porque todos los que nos dimos cita allí teníamos y seguimos teniendo un objetivo común: reafirmar nuestro compromiso con el partido y con la sociedad, y además expresar un sentimiento no una ideología.
Durante esos días fueron numerosas las actividades que celebramos en las tres plazas donde los asistentes tuvieron la oportunidad de hablar sobre los temas que preocupan a los ciudadanos y compartieron sus experiencias. La de la Solidaridad, donde hablamos de pensiones, sanidad y prestaciones; la de la Constitución que se centró en la transparencia y en la educación; o la de la Prosperidad donde departimos sobre el crecimiento, el empleo y la rebaja fiscal. Los nombres de las plazas son también un mensaje de compromiso.
Se trató sin duda de una convención abierta y participativa, centrada en las personas, porque nuestro compromiso es claro y pasa por estar ahí cuando los españoles nos necesitan, como siempre hemos hecho. Pruebas más que suficiente de que el Partido Popular sigue pensando en España y los españoles, con sus defectos y sus virtudes.
De hecho, así lo puso de manifiesto nuestro presidente, Mariano Rajoy, durante su intervención en la que aprovechó para dar las gracias a todos los ciudadanos que con su esfuerzo están sacando a nuestro país adelante, a las Comunidades Autónomas y ayuntamientos, que con su compromiso hoy están dando una lección de rigor, y a las personas que forman parte de nuestro partido y que dedican diariamente su tiempo al servicio de los demás, sin esperar nada a cambio sino la satisfacción del deber cumplido.
Y es que si algo nos mueve, a todas las mujeres y hombres que formamos parte de este gran proyecto (866.021 militantes), es precisamente esa vocación de servicio público y la convicción de que el PP es un proyecto nacional que pone el interés general siempre por delante de las ideologías, y esto pasa porque son los ciudadanos los que están en el centro de nuestros debates.
Lo tenemos tan claro que siempre hemos defendido que la actitud de los españoles fue el primer paso del cambio, porque asumieron los sacrificios y las reformas, que quizá no eran las más populares pero sí las más necesarias. Ahora, vemos que aquellos esfuerzos no fueron inútiles, y estamos empezando a recoger poco a poco sus frutos. Sin triunfalismos, pues todavía hay muchos ciudadanos pasándolo mal y con proyectos vitales rotos.
Gracias a todos los españoles, de todas las ideologías, hemos superado dos crisis, la de deuda soberana y la financiera, hechos que nos ayudan a alejarnos definitivamente del fantasma del rescate. Si bien la situación no es tan buena como nos gustaría, tenemos que consolidar estas mejoras para llegar a buen puerto, creando un clima de confianza, factor clave en la economía.
Después de seis años muy duros, este es el primero donde se han creado 430.000 empleos netos, donde contamos con 250.000 parados menos, donde sumamos 1.350.000 contratos indefinidos y donde hay 418.000 afiliados más a la Seguridad Social. Y esto no son datos macroeconómicos. Hablamos de personas que han recuperado su confianza.
A esto hay que sumarle los 130.000 millones que se destinan al pago de pensiones, los 26.000 al pago de prestaciones en todas las Comunidades Autónomas, por no hablar de la bajada de impuestos que recaerán en más de 20 millones de españoles que tendrán más dinero en sus bolsillos a final de mes, o los beneficios que tendrán las familias con las deducciones fiscales y un plan integral de apoyo y los emprendedores con la ley de segunda oportunidad.
Si esto no es hablar de las personas y ponerlos en el centro del debate es que ya estamos perdiendo la perspectiva y lo que no permitiremos es que algunos nos nieguen los méritos de este Gobierno, y no porque sea del PP, sino porque se le está negando también el esfuerzo al conjunto de la sociedad española.
Seguiremos trabajando por y para las personas, con el firme objetivo de que los españoles recuperen la confianza y el bienestar que perdieron por la irresponsabilidad de otros. Continuaremos por la misma senda y con una única determinación: lograr lo que nos hemos propuesto que no es otra cosa que devolver a todos los ciudadanos su derecho al progreso y la esperanza. Y pedimos humildemente perdón por nuestros errores, dejando muy claro que nunca hemos sido negligentes.