Siempre he reflexionado sobre lo absurdo de los horarios de las misas dominicales. No nos engañemos, las misas que merecen la pena son las tempraneras, las de las 11, las 12 o la una a todo tirar. Ir a misa de 20:00H de la tarde no cuenta, vale menos. Cuando bulle el ambientillo de las familias, las señoras bien de toda la vida saludan a la nieta de su amiga Pituquita y tratan de emparentarla con su sobrino de Bilbao es por la mañana. Si precisamente las misas se pensaron para los pecadores, ¿Por qué se celebran cuando éstos aún están durmiendo descansando de los pecados de la noche anterior y reponiéndose para seguir acometiendo actividades pecaminosas en las tardes latineras? Las misas deberían celebrarse más bien a primera hora del lunes, cuando la resaca corroe las conciencias y el remordimiento le hace a uno jurar que dejará el Jagermeister, el Gin tonic y si me apuras hasta el inofensivo Lambrusco. ¡Ganarían muchísimos feligreses! ¡Qué más le gustaría al sobrino de Bilbao que conocer a la nieta de Pituquita y que ésta le consolase en la depresión postfinde! Por eso, como método de criba, son muchas las jóvenes casaderas que tras intentar pescar novio infructuosamente en Meetic o Tinder se lanzan ahora como posesas a la vida espiritual. Si el candidato va a misa trae unas garantías:
A. No es un crápula impenitente
B. Si lo es, y se levanta para ir a misa, tiene la fuerza de sacrificio necesaria para enfrentar un matrimonio.
– ¡No sabes el planazo en Medjugorje!, Conocí a un niño estupendo, bohemio, escritor y nada, nada pereza!
– Yo la verdad, que soy mas de Schoensttat, responde la otra muy mística.
Irse de retiro a Emaús es al 2015 lo que el finde en Baqueira de los años 90 o la escapada a la Costa del Sol en los 80. Es tal la corriente fervorosa que invade a las solteronas de hoy que han elaborado hasta un listado de misas por candidatos: La milagrosa: opositores a registros y notarías con piso en las inmediaciones de Almagro. Los jesuitas de Maldonado: jóvenes y familias con abuelas y primos. Poco donde rascar. Santa Marta: Batiburrillo espiritual donde se mezclan jóvenes de toda clase y condición. Cristo de Medinaceli: el candidato podría ser creyente a tope y no entender la frivolidad de la pretendienta o las intenciones que la llevan a acercarse a la vida contemplativa. Aunque si de verdad lo que buscan es variedad, entonces tendrán que ir a Caná, el top one para las que quieran pronunciar el sí quiero con un niño bien y de valores. Que salga o no, pero que se levante.