«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El penúltimo hijo de puta

18 de julio de 2016

Yo tendría 19 años y andaba España todavía conmocionada por el asesinato de Miguel Ángel Blanco y esa conciencia que surgió de las manos blancas hacia los corazones grises, recuerdo que estaba en un partido de fútbol y un aficionado del Real Madrid le gritó “eh tú, hijo de puta ven aquí…” me fijé que se lo decía a un seguidor del Rayo Vallecano. La escena terminó en que este seguidor se fue corriendo y el aficionado del Real Madrid tuvo que ser agarrado por varios amigos para no salir detrás de él.

Salimos todos los amigos y sus padres, hermanas, etc y nos juntamos para tomar una cañita rápida y volver a casa, no recuerdo grandes comentarios por lo que debió quedar la cosa en 0 – 0 y aburrimiento general, pero se me quedó grabada una frase de un tipo que estaba junto a nosotros tomando la caña. Hablábamos de lo que se había montado al acabar el partido entre ese aficionado del Madrid y el del Rayo cuando yo dije que “era curioso que llevase una camiseta de Soziedad Alkoholika, una bufanda del Rayo con un lema antimadridista y una bandera de Euskal Presoak”…momento que aprovechó este hombre para decir algo así (no recuerdo bien después de tantos años):

“Mira chaval escúchame, si un tío lleva una camiseta de Soziedad Alkoholika es que le gusta esa música; si un tío lleva una bufanda del Rayo antimadridista es que le gusta mucho el Rayo; y si un tío lleva una bandera de Euskal Presoak es que es un independentista vasco. Pero si un tío lleva todo eso junto…¡es que es un hijo de puta!”.

Han pasado 16 años desde aquella escena, 16 años en los que han pasado muchas cosas, buenas y malas. Por ejemplo en estos años, ETA ha sido reducida prácticamente a la nada, afortunadamente el Estado ha derrotado a esos terroristas. Pero la otra cara de la moneda es que el terrorismo yihadista ha crecido y ha puesto sus ojos en Occidente, hemos sufrido terribles atentados en España, Francia, Inglaterra, Bélgica, por no mencionar las Torres Gemelas. En estos años los actores principales han cambiado, pero los aficionados no, el público entusiasta que masajea y perfuma la idea del terrorista no ha cambiado. El hijo de puta sigue teniendo alguien a quien admirar, porque lo que realmente le interesa a este tipo de bípedos es destrozar todo lo que no sea él y su caverna.

Aquel “hijo de puta” de la camiseta y la bufanda llevaría hoy en día una bandera del ISIS, o de vaya usted a saber qué Asociación pro islámica en España que dice que “hombre si, pero claro, es que la culpa es de Aznar, porque claro bombardearon y oiga….”. Han cambiado de grupo pero les sigue poniendo cachondos la música que se toca con la muerte y con el terror. Les han quitado un líder con apellido vasco y pelo de mohicano, y les han puesto un tal mustafá con kufiyya, pero a ellos les da igual, porque siguen matando a los que no son de su caverna.

El penúltimo hijo de puta ha sido el de Podemos Vallekas en Twitter, que publicó un tuit después del atentado de Niza que decía (literalmente) lo siguiente: Un ACCIDENTE de tráfico instrumentalizado mediaticamente como ataque TERRORISTA para infundir MIEDO en la…” y seguido incluía un enlace a la cuenta de Facebook de la formación.

Lo que han hecho los de Podemos cuando han visto el revuelo que se ha montado ha sido lo de costumbre, cerrar la cuenta y decir que van a investigar lo ocurrido. Pasará una semana y hablaremos de otras cosas y esto quedará en el olvido. Otras veces, los podemitas usan el recurso facilón de negar la mayor, diciendo que “esa cuenta no es oficial”, el problema que han tenido esta vez es que ellos mismos comunicaron hace meses que esa si que era la cuenta oficial de Podemos en Vallecas.

Este artículo se titula El penúltimo hijo de puta porque estoy seguro de que cuando ustedes lo lean, ya habrá salido fuera de la caverna otro hijo de puta, porque España es un grandísimo País en el que florecen grandes encinas, grandes olivos, grandes castaños y grandes naranjos, pero si, efectivamente querido lector, en España también florecen grandes hijos de puta. Vaya este artículo dedicado a todos ellos, los venidos y los que vendrán.

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