«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Pésames por Twitter

13 de agosto de 2014
 
Hubo a finales de los ochenta un financiero que, a punto de cerrar su entrada por la puerta grande en una importante empresa de comunicación de la época -vía adquisición de un abultado paquete accionarial- no acababa de atreverse a dar el paso definitivo. Y sólo lo tuvo claro cuando una mañana telefoneó -verbo en desuso- al aún propietario del invento 
y por toda respuesta recibió: ‘el señor Conde (que lo era por título) está en el gimnasio y no se le puede molestar’. Nuestro hombre montó en cólera, cosa lógica dada la operación que se ventilaba, y ese mismo día decidió levantarle al noble citado su televisión.
 
Reconozco que la anécdota está algo traída por los pelos y más si tienen la paciencia de seguir leyendo está columna. Pero los caminos de los neurotransmisores cerebrales son insondables y lo que viene a continuación me la ha recordado.
 
Ya sé que los políticos de rango superior que nos gobiernan tienen derecho, no ya a un rato de esparcimiento en el gimnasio, sino incluso a unas merecidas vacaciones en toda regla, como es natural. Y también que ese tiempo de asueto, ‘ma non troppo’, estará lleno de interrupciones telefónicas para tomar alguna decisión de calado, marcar directrices sobre algún asunto sensible o ir diseñando, sin más, la preparación del nuevo curso político que se nos viene encima y que les auguro divertido. Sobre todo para el hasta ahora sufrido ciudadano contemplativo de vota-y-calla. Precisamente por eso me parece ‘too much’ que la muerte del primer paciente español -y europeo – por ébola, un misionero que ha dedicado abnegada y desinteresadamente su vida entera al servicio de los más desfavorecidos, de los que nada tienen y nada esperan, merezca una simple condolencia apresurada vía Twitter de nuestro presidente del Gobierno y del nuevo líder del -todavía- principal partido de la oposición. Que no haya una cámara dispuesta (¿para que sirve TVE?) a no más de media hora de donde se encuentren cualquiera de éstos dos preclaros faros de nuestro destino es un síntoma, otro más, del desprecio por la plebe que profesa ésta tropa de privilegiados que levita varios metros por encima del suelo. Espero que al menos hayan tenido la deferencia de utilizar el teléfono para cumplimentar a la familia del misionero. En éste caso, como en otros, los Reyes han ido un paso por delante y tanto don Felipe y doña Letizia como don Juan Carlos y doña Sofía han enviado sendos telegramas de duelo.
 
Tengo escuchado hasta la saciedad que no existe una ‘casta política’. Que son ciudadanos como nosotros, como los demás. Debe ser una broma. Ni siquiera en ésto se parecen a un paisano corriente. A mi nunca se me hubiera ocurrido ‘expresar mis condolencias’  (dar el pésame decíamos los del plan antiguo) por Twitter. Hay que ser hortera.
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