«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Periodista por vocación. Aunque en su formación académica resalta su paso por la Escuela de Estudios Internacionales de la caraqueña Universidad Central de Venezuela, en la cual se tituló en 2002, ha dedicado la última década a una intensa actividad en medios de comunicación dentro y fuera de su país. Dedicado al tema político, primero como activista socialdemócrata y luego como apóstata de toda tendencia de izquierdas, hizo de la radio un púlpito desde donde ha dicho todo cuanto ha podido contra la izquierda que apadrina al chavismo criminal. Con esto, se ganó la persecución, los atentados contra su vida y finalmente el exilio que lo lleva a Alemania en 2017. Lejos de cesar su actividad, la multiplica desde entonces con más libertad. Aún en la radio venezolana, gracias a la tecnología, a través de su programa en el canal de Miami Factores de Poder y desde sus redes sociales, es una de las voces genuinamente disidentes dentro del universo de pensadores y comunicadores que se expresan sobre Hispanoamérica y sobre Venezuela en particular. Ha logrado acuñar un método de aproximación a la realidad venezolana con el cual se comprende no solo el por qué de la decadencia de una República, sino también el por qué de la expansión del proyecto chavista más allá de las propias fronteras americanas. Estudioso de la historia americana, actualmente profundiza en su línea de investigación sobre el alcance de la destrucción que ha dejado a su paso el proyecto castrista en toda la región, con Venezuela como cabeza de playa de un proyecto de dominación que no parece detenerse.
Periodista por vocación. Aunque en su formación académica resalta su paso por la Escuela de Estudios Internacionales de la caraqueña Universidad Central de Venezuela, en la cual se tituló en 2002, ha dedicado la última década a una intensa actividad en medios de comunicación dentro y fuera de su país. Dedicado al tema político, primero como activista socialdemócrata y luego como apóstata de toda tendencia de izquierdas, hizo de la radio un púlpito desde donde ha dicho todo cuanto ha podido contra la izquierda que apadrina al chavismo criminal. Con esto, se ganó la persecución, los atentados contra su vida y finalmente el exilio que lo lleva a Alemania en 2017. Lejos de cesar su actividad, la multiplica desde entonces con más libertad. Aún en la radio venezolana, gracias a la tecnología, a través de su programa en el canal de Miami Factores de Poder y desde sus redes sociales, es una de las voces genuinamente disidentes dentro del universo de pensadores y comunicadores que se expresan sobre Hispanoamérica y sobre Venezuela en particular. Ha logrado acuñar un método de aproximación a la realidad venezolana con el cual se comprende no solo el por qué de la decadencia de una República, sino también el por qué de la expansión del proyecto chavista más allá de las propias fronteras americanas. Estudioso de la historia americana, actualmente profundiza en su línea de investigación sobre el alcance de la destrucción que ha dejado a su paso el proyecto castrista en toda la región, con Venezuela como cabeza de playa de un proyecto de dominación que no parece detenerse.

Podemos y Putin

28 de febrero de 2022

Es tradición en las acciones de investigación policial la búsqueda de la contradicción de los sospechosos, indiciados y testigos. Por eso, la repetición de preguntas con distintas fórmulas pero orientadas hacia el mismo hecho, hacia el mismo fin: que el interrogado caiga en contradicción.

La contradicción es, también, un arma apetecida por el comunismo, según la praxis leninista, para hacer caer al enemigo. Cuando hay una contradicción en el bando enemigo, la estrategia debe ser ahondarla, profundizarla. Ahondar la contradicción en el bando enemigo permite que, en matemática comunista, el capitalismo caiga presa de esas contradicciones y el proletariado, dirigido por la vanguardia que es el Partido Comunista, avance sobre la clase burguesa dominante y acabe con ella, imponiendo su dictadura. Bueno recordarlo, porque algunos olvidan que en efecto el comunismo nunca ha buscado nada distinto a la dictadura. Aunque se le pongan apellidos. Aunque se disfrace de «democracia popular». Dictadura es, dictadores son.

Todo en Podemos ha sido contradicción desde su nacimiento. Desde antes de su nacimiento, pues su vinculación grosera al régimen chavista dejaba suficientemente claro de lo que eran capaces a la hora de tejer alianzas para armar un movimiento político.

Rusia teje sus vinculaciones con España a través de sus satélites Cuba y Venezuela

Monedero, Iglesias, Errejón y otros del montón fueron capaces de ir a Caracas a levantar el puño para decirse revolucionarios, dieron discursos por la muerte de Chávez y defendieron en público las posiciones de un régimen que enviaba a la cárcel, torturaba y asesinaba ciudadanos. Ya eso es suficiente para dejar claro que nada puede decirse en España desde las filas de ese partido, cuando se trata de libertad: han estado del lado de liberticidas cada vez que les ha parecido conveniente.

Y nada es casual. Así como Europa teje sus políticas hacia Iberoamérica a través de la visión y vinculación de España con la región, de la misma manera Rusia teje sus vinculaciones con España a través de sus satélites Cuba y Venezuela. Nada debe ser tomado como casualidad cuando se trata de esta gente.

Por supuesto, el reo Podemos cae en contradicción hoy, cuando no le ha quedado más remedio que negar al mesías, tres veces por igual. Primero, cuando ante las evidencias cada vez menos discutibles de violaciones graves de los Derechos Humanos en Venezuela, han buscado refugio en el mismo lugar donde lo han obtenido los izquierdistas de Iberoamérica a la hora de evaluar sus cercanías con el régimen de Venezuela: Chávez era el bueno, Maduro es un violador de derechos. Por tanto condenemos a Maduro pero salvemos a Chávez.

Algo más o menos parecido les ocurrió en su segunda negación del mesías, a raíz de las protestas en Cuba. Es difícil mantener alguna posición seria con una carcajada atravesada. Por ello, cuando jóvenes cubanos se lanzaron a las calles al grito de «Patria y vida«, era difícil rechazar todo con los argumentos consabidos del castrismo. Había que buscar el camino de la excepción, de la duda, de la condena sin condenar. Y por supuesto, desviar la atención: todo es culpa del imperialismo yankee y su bloqueo, que es la que causa el hambre y las carencias. No es el socialismo que empobreció a Cuba, no. Es «el bloqueo«.

Para llegar a su tercera negación hizo falta una guerra criminal ejecutada por otro criminal de los que tanto le gusta a la izquierda. La acumulación de crímenes que tenía Putin antes de la invasión a Ucrania ya eran suficientes para llevarlo a La Haya. Las acciones previas ejecutadas desde 2014 con la anexión de Crimea y la permanente agitación en un Donbass sobre el cual se impuso un estatuto de autonomía pero con unas milicias armadas y auspiciadas por Rusia para hacer lo que hicieron en esta ocasión: crear los falsos positivos para generar un apócrifo casus belli donde no lo hay. 

Obviamente, Podemos está obligado en este momento a negar al mesías para salvarse, pues de lo que hablamos es de apoyar a un criminal mientras comete el crimen a la luz de todos. 

Por supuesto, hay mucha desvergüenza en las posiciones de hoy en el bando morado de la izquierda. Su exlíder, Pablo Iglesias, ha echado mano de Lenin para evaluar su desmarque grosero de la política de Putin, al cual no tuvo empacho de sentir como uno de los suyos. Resulta ser que ahora, según Iglesias, Putin es un «nacionalista de derechas» que quiere «reinstaurar el orden imperial zarista».

Putin es una de las cabezas del ataque a Occidente y sus valores, siendo el más importante el de la libertad. Ahí, se encuentra con la izquierda, enemiga de la libertad desde siempre

Al parecer, algo le pasaba a Iglesias durante los últimos veinte años, como para no darse cuenta de ello. Porque sí, el diagnóstico puede ser tomado como cierto, pero no revela Iglesias las razones por las cuáles Putin es un nacionalista de derechas hoy y no lo era ayer cuando él y su partido seguían las líneas que desde Moscú se indicaban en el contexto europeo. La eterna estratagema del «eso no es verdadero socialismo» y del consabido «cambio de circunstancias» que tanto le sirve a la izquierda para camuflarse ala hora en que el barco se hunde.

La realidad es que Putin es una de las cabezas del ataque a Occidente y sus valores, siendo el más importante el de la libertad. Ahí, se encuentra con la izquierda, enemiga de la libertad desde siempre. Poco importan las ideologías en este punto, pues de lo que se trata es de cumplir los puntos de la agenda: disgregar a España como Estado Nación, apoyar a los regímenes tiránicos asociados en Iberoamérica, apuntalar las posiciones contra los EEUU, contra la OTAN y contra la Unión Europea. 

El grave problema para Iglesias y su partido, es que el retrato ya se lo habían hecho. Y las declaraciones de hoy, por más que nieguen al mesías más de lo que Pedro negó a Jesús, sirven de muy poco cuando se habla de guerra y se cuentan las vidas que se pierden mientras la izquierda naif se dedica a filosofar desde sus cafés, sus cátedras y sus canales de YouTube. 

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