Sin haberse ido de Vox llevaron a Júlia Calvet a TVE, cosa muy meritoria que no gustó a Bop Pop, comisario de lo correcto vestido de Elton John que en TVE se siente como en casa y que cumplió con creces su papel de representar la indignación ante el discurso de Calvet.
Para empezar, decir inmigrante está mal. El «in» primero ofende.
¿Cómo puedes acusar a «los que migran» de violencia contra las mujeres pudiendo acusar a todos los hombres heterosexuales?
Los datos no le importan mucho a Bop Pop. No hemos llegado a este punto para cambiar ahora nuestra visión del mundo por unas cifras de violadas en Manresa. Sinceramente, no compensa.
El revés de la indignación siempre es el soponcio moral. Considera Bop que Júlia Calvet deshumaniza a los «migrantes». Es divertido cómo lo dice: deshumanizas tú, joven monina de Vox, skin disfrazada, repetidora de consignas de un partido que se financia ilegalmente, lleno de gente con casos abiertos, que desprecia profundamente al ser humano y a la democracia; tú, que no tienes entrañas y te rebozas en el capitalismo como cerdo en piara, tú deshumanizas…
El «des» ahí no molesta, como no molesta el «ultra», ni el «neo», ni el «anti», pero in-migrante no está bien decirlo.
Bop Pop no tiene edad para haber corrido delante de los grises así que corría los 20-N delante de skinheads y gentes con cadenas que él considera están en Vox, sin considerar sin embargo que quienes ponían coches bomba y pegaban tiros en la cabeza estén en otro sitio.
Al PSOE y su sistema mesopotámico de corrupción le basta con haber llenado medios y cultura de personas como Bop Pop. Aunque su caso es paradigmático.
Hace un par de años se emitió una serie (Maricón perdido), ligera de ver, por su puesto con su Ondas, escrita por él y basada en su vida: el drama de la enfermedad sobre el drama vital de ser gay no apolíneo. Al final se saca en persona con Almodóvar, coronación vital, cumbre de lo humano porque somos lo que González Cuevas llama una «partitocracia kitsch». En una de sus novelas, y aparece en la serie, Bop Pop le dedica una página a la sauna del suegro de Pedro Sánchez, locus amoenus del Deep State, así que, queramos o no, el espíritu de la época está en Bop Pop.