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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

De Cómo el Presidente Santos Llevó a los Criminales al Poder

7 de marzo de 2017

Colombia dijo NO a la legitimación del crimen

El día 2 de octubre de 2016 el pueblo colombiano votó en Plebiscito contra el trato en el que el Presidente de Colombia le otorgaba legitimidad e impunidad a una de las organizaciones más criminales de la historia de la humanidad. A pesar de que previamente y públicamente el presidente Santos se comprometió a respetar la voluntad popular, ésta fue irrespetada y burlada, e impusieron el acuerdo a pesar de que la gente lo rechazó.

Incluso con todo el poder gubernamental y supragubernamental, nacional e internacional, político, mediático y financiero, favoreciendo el pacto mafioso donde se ensalzaba a los verdugos y se pisoteaba a las víctimas, Colombia no se dejó manipular. A pesar de que los representantes de los gobiernos de los cinco continentes, los dirigentes del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, de Organización de Estados Americanos, de la Unión Europea, de las Naciones Unidas, presidentes y reyes de las naciones, directivos de la banca internacional, de las grandes corporaciones y multinacionales, los grandes medios de comunicación del “mainstream”, las ONGs y hasta el mismo Vaticano, a pesar de que todos los poderes fácticos del planeta se alinearon para respaldar la venta de Colombia a sus seculares enemigos, el pueblo colombiano se mantuvo firme y dijo NO a la legitimación del crimen.

 

El Partido Político Santos-FARC

Gracias al acuerdo de 310 páginas que casi nadie se leyó, firmado en La Habana contra la voluntad del pueblo colombiano, en el mes de febrero de 2017 la Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó a través del proceso “fast-track” el Acto Legislativo mediante el cual se crea el Partido

Político de las Farc, otorgándoles personería jurídica hasta el 2026, 10 curules en el Congreso, financiación pública extraordinaria y un magistrado en el Consejo Nacional Electoral.

Si yo (o un ciudadano cualquiera) quisiera crear un partido político en Colombia, necesitaría la firma de 500.000 ciudadanos habilitados para votar y obtener en unas elecciones parlamentarias una votación superior al 3% del censo electoral. Pero las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia no lo tienen tan difícil como yo. En virtud de lo firmado con el corrupto “Gobierno Santos”, los delincuentes lograron una modificación constitucional que les otorga el derecho preferente a ser un Partido Político, exento de requisitos hasta el 2026, sin necesidad de recoger firmas del pueblo, sin necesidad de obtener votos ni aval popular.

Y como si fuera poco, el partido FARC recibirá a dedo 5 puestos en el Senado y 5 en la Cámara de Representantes. Atención, ¡sin la necesidad de sacar un solo voto en las elecciones! Así que mientras yo o un ciudadano cualquiera tenemos que esforzarnos en convencer cada uno a decenas de miles de votantes para ser sus representantes, los asesinos de las FARC se pueden quedar sentados en su sofá porque pasarán a representar al pueblo a la fuerza, sin necesidad de siquiera un voto que los respalde. ¡Lindo atentado contra la Democracia!

 

La FARC-política costeada por el contribuyente

El Partido Político Santos-FARC contará con financiación pública extraordinaria, sin el deber de devolución del dinero que se le exige a los partidos democráticos en caso de no pasar el umbral electoral. No solamente eso. Hoy cualquier Partido debe comprar una póliza que respalde el anticipo que recibe para adelantar la campaña política. Pero las FARC no, pues estarán exentas de dicha obligación. Con lo cual no solamente el Gobierno le está dando más facilidades a los criminales que a los honestos en la creación de un partido político, sino que además les da oportunidades financieras más ventajosas que a cualquier otro partido.

Pero ojalá eso fuera todo. La financiación a la que se ha comprometido el Gobierno es muy superior a la que reciben los partidos democráticos. Recibirán “una suma equivalente al promedio de lo que reciben durante cada año los partidos o movimientos políticos con personería jurídica” y, adicionalmente, tendrán financiación “equivalente al 7% anual de la apropiación presupuestal para el funcionamiento de los movimientos y partidos políticos”, todo para su centro de pensamiento y de formación política así como para divulgar y difundir su plataforma ideológica y programática.

En promedio, la financiación pública anual para los partidos políticos se distribuye de la siguiente manera (en miles de millones de pesos): Partido de la U 6.248.599, Partido Liberal 6.090.975, Partido Conservador 5.220.938, Partido Cambio Radical 3.704.204, Partido Centro Democrático 2.774.646, Partido Verde 2.204.978, Partido Opción Ciudadana 1.950.694, Partido Polo Democrático 1.479.627, Partido Mira 1.175.047, Partido Asi 925.750, Partido Aico 579.393, Partido Mais 303.605, Partido UP 253.166.

¿Quiere el lector saber cuánto obtendrá el nuevo partido de las FARC? Sin necesidad de ganar un solo voto, recibirá 4.835.476 al año, posicionándose en el cuarto partido político más financiado de Colombia, de la noche a la mañana. Los mismos que estos delincuentes asesinaron, extorsionaron, secuestraron y robaron, son los que con sus impuestos pagarán la carrera política de las FARC. ¡Las víctimas financiando a sus verdugos para que las gobiernen!

Cuando ser criminal compensa

Sin haber dejado el narcotráfico, sin haber entregado a los niños reclutados en sus filas terroristas, sin haber devuelto a los 500 secuestrados de los que aún no se sabe nada, sin haber entregado las armas, sin haber entregado sus riquezas fruto del narcotráfico, el secuestro, el robo y la extorsión, las FARC ya recibieron: partido político, financiación gratuita para sus campañas electorales, puestos en el Congreso de la República, tribunal de justicia “especial” para recibir amnistía e indulto y para juzgar a los demás.

Mientras tanto las víctimas y el pueblo colombiano seguimos esperando un gesto de paz. Pero la verdad es que no hay paz sin justicia. La injusticia provocada por el presidente Santos que vendió a los colombianos para ponerlos en manos de sus verdugos no podrá llevar a una paz duradera. Los criminales de las FARC pasaron de violadores de derechos humanos a legisladores, de terroristas a congresistas.

 

 

POL VICTORIA

Director de www.educacioneconomica.com

Economista de la Escuela Austriaca

Analista de Geopolítica

Empresario

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