«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Bilbao, 1965. Periodista, mÔster de 'El País'. Noticias y opiniones que escandalicen a los incondicionales de lo políticamente correcto y la «memoria histórica». En la editorial Homo Legens ha publicado 'Eternamente Franco' y 'Los césares del imperio americano'. Su último libro es 'Eso no estaba en mi libro de historia del Imperio español' (Almuzara).

BiografĆ­a

Bilbao, 1965. Periodista, mÔster de 'El País'. Noticias y opiniones que escandalicen a los incondicionales de lo políticamente correcto y la «memoria histórica». En la editorial Homo Legens ha publicado 'Eternamente Franco' y 'Los césares del imperio americano'. Su último libro es 'Eso no estaba en mi libro de historia del Imperio español' (Almuzara).

Putin se comió mis deberes

14 de marzo de 2022

En la política actual lo mÔs importante (y, en ocasiones, lo único) es encontrar un culpable al que atribuir todos los males o desastres que sin él se achacarían al Gobierno. En esto, el Gobierno de Pedro SÔnchez, incluso sin IvÔn Redondo ni Pablo Iglesias, es un maestro consumado. Nunca ha tenido la culpa de nada, porque una banda de villanos se confabulaba en su contra.

Si habĆ­a que repetir las elecciones, se debĆ­a a la testarudez de Ciudadanos; si la epidemia de covid mataba mĆ”s que en otros paĆ­ses, era por el PP, que no arrimaba el hombro; si SĆ”nchez tenĆ­a que negociar con Bildu los Presupuestos Generales, era del PP y de C’s, porque no le daban sus votos; si los estados de alarma se declaraban ilegales, lo hacĆ­an unos jueces carcas para satisfacer a Vox. Y ahora que la inflación ha regresado con una fuerza desconocida desde los aƱos de Felipe GonzĆ”lez, la culpa es de VladĆ­mir Putin, que ha montado una guerra solo para fastidiar a nuestro bienamado presidente. No me sorprenderĆ­a que un dĆ­a Putin se comiera los deberes de las hijas de Pedro y de BegoƱa.

El Gobierno socialista ha puesto su parte en la carrera de la inflación subiendo los impuestos, las cotizaciones laborales, el salario mĆ­nimo…

La inflación parecía haber muerto, al igual que la historia, como habían profetizado tantos predicadores del globalismo y tantos europeístas. Con los tipos de interés oficiales en el cero o en negativo, las empresas y los ciudadanos no corrían a los bancos privados a pedir préstamos para gastar el dinero. 

Sin embargo, ha reaparecido en los Ćŗltimos meses. ĀæCuĆ”ndo? Cuando se puso en marcha el mundo que los ā€˜expertos’ mĆ©dicos y los gobiernos habĆ­an decidido cerrar para salvarnos del covid. En 2020 todo se paró. Y en 2021 empezaron a arrancar los motores, pero costaba acelerarlos. Y el trigo, el petróleo, el nĆ­quel, la madera, el carbón (sĆ­, se siguen quemando miles de toneladas de carbón en el mundo, a pesar de Greta Thunberg), los chips, aĆŗn escasos, tenĆ­an muchos demandantes. Entonces los chinos, los europeos, los norteamericanos, los japoneses, los indios sacaron sus billeteros para pujar cada uno mĆ”s alto que los otros. La primera economĆ­a del mundo, la de EEUU, registró un IPC en enero (de nuevo antes de la guerra) de 7,5 por ciento y en febrero de 7,9 por ciento.

La OPEP extraĆ­a mĆ”s de 30 millones de barriles diarios antes de la crisis del covid y ahora ronda los 28,5 millones. Menos producción para un mundo asustado que quiere asegurarse su suministro. En consecuencia, volatilidad y subidas, que se trasladan a los combustibles, la energĆ­a, los fertilizantes, los detergentes, el asfalto,Ā  las llantas… El barril que costaba 65 dólares en enero de 2020 y 55 dólares en enero de 2021 superó los 70 en junio y los 80 en octubre. Entonces, el EjĆ©rcito ruso no habĆ­a comenzado a desplazarse a las fronteras de Ucrania. En diciembre, con los militares rusos ya desplegados, el barril bajó ligeramente, pero en enero rebasó los 85 dólares, casi un 50 por ciento mĆ”s que hacĆ­a doce meses. La inflación, como el perro de la guerra, ya rondaba los jardines de los europeos. Y ahora supera los 120 dólares.Ā 

El Instituto Nacional de Estadística español muestra que el IPC, uno de los índices que miden la inflación, superó el 3 por ciento en agosto pasado, el 5 por ciento en octubre y el 6 por ciento en diciembre. ¿O serían los saboteadores a sueldo de Moscú que llenaban depósitos de gasolina y compraban pisos para provocar la inflación?

Esta calamidad económica es una fiesta no para la Hacienda española y, con ella, para toda la casta política y el funcionariado

Ya en octubre el MWh costó a los espaƱoles mĆ”s de 300 euros. Y el dĆ­a del sorteo del ā€˜gordo’ de Navidad, el 23 de diciembre, el MWh marcó 400 euros. A finales de aƱo, Putin jugaba con sus tanques, pero nada mĆ”s. Ahora nos sentimos aliviados porque el MWh ha vuelto a los 250 euros con los rusos a un tiro de piedra de Kiev.Ā 

En estos meses, el Gobierno socialista ha puesto su parte en la carrera de la inflación subiendo los impuestos, las cotizaciones laborales, el salario mĆ­nimo… y aumentando las subvenciones, la deuda pĆŗblica y los viajes en Falcon.Ā 

Esta calamidad económica es una fiesta no para la Hacienda española y, con ella, para toda la casta política y el funcionariado: la mitad del precio de venta de los combustibles corresponde a impuestos. Así que por el centimito que se lleva Putin por el poco gas natural y petróleo que vende a España, Hacienda recibe un euro.

Cuando el Gobierno ā€˜de progreso’ imponga peajes en las autovĆ­as o nos retire la carne de los supermercados no serĆ” para recaudar fondos con los que devolver a Bruselas los prĆ©stamos que nos ha hecho ni para ā€˜salvar el planeta’, sino por obra de Putin. Como ha escrito la periodista ā€˜progre’ Berna GonzĆ”lez Harbor en El PaĆ­s: ā€œPronto seremos mĆ”s pobres, pero mĆ”s dignosā€.Ā 

Ā”FastĆ­diate, Putin! Con la inflación que has creado nos despojas de bienes materiales y nos purificas. Somos libres gracias a ti… y a SĆ”nchez, alabado sea su nombre.Ā 

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