«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Periodista, escritor e historiador. Director y presentador de 'El Gato al Agua' de El Toro TV.
Periodista, escritor e historiador. Director y presentador de 'El Gato al Agua' de El Toro TV.

Reforma, no: rectificación (y radical)

27 de mayo de 2025

El PP va a celebrar su Congreso nacional. Es una ocasión objetivamente importante. El PP es ahora mismo el primer partido del país. El país, por su parte, está hecho unos zorros, sumido en una profunda crisis no sólo política y económica, sino sobre todo moral. En estas circunstancias, es lógico esperar que el PP proponga algo contundente, de calado, para tratar de enderezar el rumbo de la nación. De momento, sin embargo, la única propuesta sustancial que escuchamos es que tiene que gobernar el PP. No sabemos todavía para qué. ¿Sólo para que no gobierne Sánchez? Estaría bien, pero, ¿qué pasará al día siguiente de que Feijoo entre en La Moncloa? Porque esta historia ya la hemos vivido: en 2011 Rajoy llegó al poder con la mayor acumulación de poder ejecutivo, legislativo y autonómico de la historia reciente de España. El resultado fue una decepción infinita. Dejó de gobernar Zapatero, sí. Pero nada de lo que éste deshizo se rehízo y, aún peor, los gobiernos de Rajoy sentaron las bases para que Sánchez pudiera continuar la obra del anterior. Seguro que algunos votantes del PP lo recuerdan.

En los mentideros más conspicuos del entorno popular se escuchan cantos de sirena que también conocemos: «proyecto ilusionante», «renovación», «reforma»… Son palabras que suenan bien en los oídos del político (y del periodista) moderado, acostumbrado a bailar a los compases del sistema de poder vigente. El problema es que el sistema vigente ya sólo permite ir en una dirección, y ésta conduce directamente al suicidio nacional. El sistema de poder vigente es, por ejemplo, el que ha instaurado en todas partes la desespañolización de la enseñanza, la exclusión del español como lengua común y la violación de los derechos de los hispanohablantes. El sistema de poder vigente es el que ha suscrito una política energética demencial cuya expresión más elocuente son esos millones de olivos arrancados para instalar plantas fotovoltaicas en nombre de «lo verde». El sistema de poder vigente es el que ha institucionalizado un gasto público absolutamente brutal que empuja a todos los niveles de la administración, estatal o autonómica o municipal, a sangrar sin fin al español medio. El sistema de poder vigente es el que ha impuesto un paisaje audiovisual objetivamente liberticida, donde dos grandes corporaciones privadas (más las diversas corporaciones públicas) detentan en exclusiva el oligopolio de la opinión. El sistema de poder vigente es el que ha teñido de partitocracia todas las grandes instituciones públicas. El sistema de poder vigente es el que ha abierto las puertas a una inmigración descontrolada. Porque, no, todo esto no empezó con Sánchez. El tirano no ha hecho más que llevar a sus últimas consecuencias unas líneas de fuerza que ya estaban presentes y activas en la vida pública española. Las mencionadas son sólo unas pocas. Y es justamente eso lo que hay que rectificar.  

Lo que España necesita no es una reforma. Es una rectificación del actual marco político, y una rectificación a fondo. ¿Está el PP de Feijoo dispuesto a eso? ¿Está dispuesto a reformar la ley para disminuir el peso excesivo de los partidos separatistas? ¿Está dispuesto a meter la tijera para recortar el despilfarro infinito de las administraciones públicas? ¿Está dispuesto a imponer la ley para que el español vuelva a ser la lengua común de todos los españoles? ¿Está dispuesto a adoptar políticas nacionales en materia energética o agraria o sanitaria que defiendan los intereses concretos de los españoles, aunque eso suponga apartarse de lo que manda Bruselas? ¿Está dispuesto a reformar el paisaje audiovisual para que sea realmente libre? ¿Está dispuesto a frenar en seco la inmigración y abrir la necesaria remigración de los ilegales, como están planteando otros países europeos? Y ya de paso, ¿está dispuesto a abanderar políticas concretas —natalidad, vivienda, seguridad, etc.— que permitan a los españoles seguir teniendo un país?

Todo lo que no sea eso, será un mero espectáculo estéril, un coro vacío de señoritos envolviéndose en la bandera de España para abandonarla al día siguiente. Como ha venido haciendo el PP desde el infausto gobierno de Rajoy.

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