-ĀæLo deĀ Caja MadridĀ con las tarjetas? Una fruslerĆa. Para tarjetas las que habĆa -y sigue habiendo en Ć©sta casa- Yo he visto algunas en las que junto al nombre del titular pone Reino de EspaƱa. Y no veas el aire que les dan… van a una cuenta de mil millones, total, quĆ© mĆ”s da. PregĆŗntale al dueƱo de… (un conocido y carĆsimo restaurante madrileƱo, de apellido vasco). Algunos que ya no trabajan aquĆ y ahora presiden Fundaciones por la módica cantidad de varios cientos de miles de euros al aƱo no desayunaban ahĆ de milagro. Ćste en concreto pagaba hasta al chófer del novio con la tarjetita. Y luego, eso sĆ, no se gastaba un duro de su bolsillo ni en periódicos. VenĆa aquĆ incluso los domingos para llevĆ”rselos a su casa.
-No doy crƩdito (nunca mejor dicho)
-Pues asĆ era y asĆ sigue siendo. Por eso, cuando escuchas esas chorradas de que con los diez mil millones que se van a ahorrar con la reforma de la Administración se contribuye a sufragar la partida destinada a los subsidios de desempleo te echas a reĆr… o a llorar. Si aquĆ (lĆ©ase la Corporación en la que aĆŗn trabaja nuestor interlocutor) habĆa tĆos que acumularon cargos en las famosas tarjetitas hasta por sesenta mil euros en un mes. Y no precisamente para ir a hacer la compra. Si te digo para quĆ© la utilizaban lo vas a censurar porque estamos en horario infantil.
-¿Y eso es muy común en la Administración?
-Pues claro. Cuando dice el dimitido Abejas que Ć©sto lo hacĆa todo el mundo tiene mĆ”s razón que un santo. No te haces una idea de la cantidad de empresas, pĆŗblicas y otras que ya no lo son pero que reciben ayudas que tiene Ć©ste paĆs… Todos dirĆ”n ahora, como el sindicalista lenguaraz, que han hecho un uso ‘razonado’ y ‘razonable’ de esas tarjetas. Y que los gastos correspondĆan a gastos de representación derivados de su cargo institucional. Y serĆ” muy difĆcil discutirlo… y mucho menos sostener que ha habido un uso irregular… hasta que alguien presente una denuncia o la fiscalĆa anticorrupción actĆŗe de oficio y comience a pedir extractos de cientos y cientos de tarjetas con el escudo del Reino de EspaƱa. AhĆ vendrĆ” el llanto y el crujir de dientes… o no, que dirĆa Mariano.
Pero no se preocupen; el ritmo de destrucción de empleo se estĆ” desacelerando, siempre segĆŗn opinión de Engracia. Algo de lo que todos nos congraciamos , salvo los cinco millones de paisanos que siguen sellando en el INEM, que a esos la explicación oficial les harĆ” maldita la gracia. Lo de la desaceleración… y lo de las tarjetas.