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La Gaceta de la Iberosfera
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Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.
Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.

Respuesta a Elliot Abrams: la cabeza de la Hidra está en Cuba

8 de abril de 2024

Recién AméricaTeVe Miami y el locutor de uno de sus programas, Juan Manuel Cao, entrevistó a quien es considerado figura emblemática de la política estadounidense, el señor Elliott Abrams. Confieso que, pese a que Cao como es usual en él se tiró flores encima comparándose con Oriana Fallaci (yo que conocí personalmente a Fallaci puedo atestiguar que no hay nada más lejano de la periodista italiana que el cubano Cao) la entrevista me decepcionó más por las respuestas del señor Abrams que por las preguntas correctísimas del presentador. 

La entrevista en verdad no es nada del otro jueves, y las respuestas del entrevistado sólo confirman lo que la mayoría sabe que —si no se ha enterado todavía debiera hacerlo—, Estados Unidos y sus gobiernos sucesivos se han burlado del pueblo cubano y continúan en ese empeño.

No voy a detenerme a desmenuzar la entrevista, pues la podrán ver si pinchan en este enlace. Pero sí aclararé desde luego una de las respuestas mediante algunas precisiones necesarias, o sea, esa en la que Míster Abrams afirma que «Cuba no es peligrosa».

Por supuesto que Cuba no es peligrosa, ni nunca lo ha sido para nadie y mucho menos para los propios cubanos; salvo cuando los norteamericanos notaron que allá por los años cincuenta la isla podía ser considerada una concurrencia mayor para Las Vegas y sus casinos. Cuba crecía económicamente a tal punto que en 1957 se convirtió en la tercera economía de la región junto a Argentina y Venezuela. Claro, eso Estados Unidos no podía admitirlo, entonces hicieron lo que siempre hacen, decidieron desestabilizar al gobierno, sacar «al negro del poder», y colocar a Fidel Castro. Sólo tienen que leer el libro El Cuarto Piso, del exembajador norteamericano Earl E. T. Smith, y además ver esta entrevista que comprueba cómo a través de la prensa y del periodista Herbert Matthews, Estados Unidos relevó y levantó la figura desconocida de Fidel Castro a niveles internacionales para lograr sus propósitos. Claro que Cuba no es peligrosa desde que Fidel Castro desarmó al pueblo con su recordada y nefasta frase «¿armas para qué?»; y mucho menos constituye un peligro ahora, que más de seis décadas más tarde de tiranía comunista ese mismo pueblo, sus herederos, se desmayan hambrientos y extenuados, sumidos en la soledad más espantosa sólo comparada a la de los judíos.

Lo que no destaca el señor Abrams es que el castro-comunismo que ellos mismos ayudaron a implantar en Cuba, tal como me reafirmó él en una ocasión, para que Cuba se convirtiera en el ejemplo a no seguir en la región, semejante a una especie de parque temático o de diversiones donde la gente se mataba de sólo subirse a un aparato; ese castro-comunismo, renombrado posteriormente por el propio Castro I como social-comunismo, sí ha sido sumamente peligroso. Tal vez no de inmediato para los norteamericanos, pero desde el primer día sí que lo fue para los cubanos, y la prueba es la cifra de muertes que se pueden encontrar en el Libro Negro del Comunismo. Pero los muertos cubanos no parecen interesarle a Míster Abrams.

El social-comunismo castrista de Cuba, pese a ese gran peligro regional convertido en pocos años en amenaza mundial, no le importó ni le importa nada a los norteamericanos, porque seguimos siendo para ellos un gracioso experimento al que no debieran prestarle demasiado atención, salvo si agrediera su actual bastante malograda sociedad y economía.

Sin embargo, el castrocomunismo fue un peligro mundial cuando la Crisis de los Misiles, época en la que Fidel Castro y la URSS estuvieron a punto de provocar la Tercera Guerra Mundial. El castrocomunismo fue un peligro cuando haciéndoles el trabajo sucio a los soviéticos Cuba emprendió en África una guerra injerencista donde murieron miles de africanos, no sólo bajo tiroteos, bombardeos, también mediante armas químicas que arrasaron con aldeas y tribus de ese continente, poniendo a hermanos contra hermanos. El número de muertes de la parte cubana seguramente a Abrams tampoco le importe mucho y no lo considere más que como un daño colateral.

El castrocomunismo fue y sigue siendo un peligro en Chile, Granada, Nicaragua, Venezuela, Argentina, Colombia, Brasil, Colombia y México, pero, y eso Abrams debiera señalarlo, también en Oriente Medio. Sin contar la infiltración en Estados Unidos por los agentes comunistas cubanos, y la desestabilización actual en España mediante agentes encubiertos y destapados, diplomáticos y no. Y, ahora mismo la tiranía castrista sigue siendo un peligro para la estabilidad en Europa cuando en la guerra de Ucrania el régimen se ha puesto del lado de Vladimir Putin y de la Rusia neonazi; recuerden que Sergueï Lavrov ha visitado Cuba en tres ocasiones desde los inicios de esta invasión rusa para estudiar la posibilidad de usar a Cuba y a los cubanos como aliada preferencial; de hecho, jóvenes soldados cubanos, en buena medida negros, han sido enviados a la primera línea del combate en contra de los ucranios y del lado ruso.

De modo, señor Elliott Abrams que, si Cao no se lo dijo en su cara, se lo escribo yo aquí: Miente, como llevan mintiendo otros estadounidenses al igual que usted, acerca de Cuba, como llevan usando a la oposición real y ninguneándola imponiendo una falsa oposición para conseguir junto con el régimen un cambio-fraude de un social-comunismo a un socialismo fraudeligth. El régimen comunista cubano no sólo constituye un enorme peligro, sino que representa la cabeza de la Hidra, del monstruo, al que ustedes saben muy bien que habría que descabezar si quisieran acabar con esta tragedia humana del comunismo. ¿Por qué no lo hacen? Sólo ustedes lo sabrán, tanto demócratas como republicanos. Pero lo que yo sí sé es que como recién en Israel, y antes en Cuba, Afganistán e Irak, ustedes inextricable e invariablemente siempre traicionan. 

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