«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

Romance vaticano

20 de marzo de 2022
El Papa Francisco recibe a la exministra Isabel Celaá,
nueva Embajadora de España ante la Santa Sede. Twitter

Estaba el Papa Francisco

Aguardando a la señora

Embajadora de España

Que llegó de negro toda,

Con peineta sevillana

Y la mantilla española.

Se adornaba la mujer

Con una banda preciosa

De seda o de moaré

Que le hacía aún más reinona.

El Papa, sotana blanca,

La señora embajadora

De estricto negro zaíno

Como los cuervos de Algorta.

Sombras de Antonio Garrigues,

De Paco Vázquez, las sombras

En el Palacio de España

Susurraban de sus cosas,

Cuando España le enviaba

Al Papa, Obispo de Roma,

Embajadores creyentes,

Y no gamberras incómodas

Y enemigas obsesivas

De enseñanzas religiosas.

El Papa la recibió

Con sonrisa acogedora,

Una sonrisa Papal

Mezclada con risa floja

Al comprobar el aspecto

De la nueva Embajadora.

Ella siempre presumió

De anticatólica y roja,

Pero le surgió de golpe

La emoción de las folclóricas

Y escapó tres lagrimillas

Por su cutis de amapola.

-En nombre de Pedro Sánchez, 

Santidad, ahí va esta nota

Que acredita que ya soy

Ante Vos, la embajadora

Del noble Reino de España

Y sus antiguas colonias-.

-¿Y qué colonias son esas?-

Preguntó el Papa con sorna.

-El País Vasco y Cataluña,

Santidad, que está en la inopia,

O en la luna de Valencia,

O el salón de La Moncloa-.

En la charla posterior

A la entrega de la nota,

El Papa le preguntó

Por España en un idioma

Que al principio no entendió

La señora embajadora.

-Santidad, ¿qué lengua habla?-

-En mi opinión, la española,

La lengua que usted prohibió

En su Ley educadora-.

Entonces ella, educada,

Diplomática, burlona

Le dijo: —Su Santidad

Creí que hablaba de coña—.

Porque Isabel es así,

Directa, brusca y molona.

Abandonó el Vaticano

De negro, algo más tetona,

Se libró de la peineta

Y la mantilla española,

Y en el Palacio de España

Entre las insignes sombras

De grandes embajadores

Conectó con La Moncloa.

—Pedro, ha salido muy bien.

Me ha dicho el Papa que ahora

No puede venir a España

Ni a sus antiguas colonias.

Que le dan miedo Feijóo,

Ayuso, Abascal, y Olona,

Y que te manda un abrazo 

Tanto a ti como a Begoña.

Que tengas mucho cuidado,

Que la ultraderecha asoma

Su nariz por las esquinas

Y no hay que tomarlo a broma.

Y que has elegido bien

A tu nueva embajadora.

Este Papa es guay, rechupi,

Y la embajada es preciosa,

Y el sueldo, una maravilla,

Y Roma, Pedro, es la monda.

Si me quitas este chollo

Puedo armártela muy gorda—.

Y tengo que terminar

Porque mi alma se emociona.

                                         

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