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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El sainete de Obiang

3 de abril de 2014

Lo del dictador Obiang, si no termina pronto, corre el riesgo de convertirse en la mayor ópera bufa que hemos vivido en la diplomacia española en muchos años. Y miren que las hemos visto de todos los colores.

Resulta que el guineano aparece en el funeral de Estado celebrado en La Almudena por Adolfo Suárez; pero ‘no le ha invitado nadie’. Y como nadie le ha invitado, para que nadie se haga líos, Zarzuela se ve obligada a desmentir que el Rey don Juan Carlos haya sido al artífice de su presencia. Ocurre además que, tan sólo un día después, aprovechando su presencia en la cumbre Unión Europea-África, Obiang Nguema interviene con toda solemnidad en la sede del Instituto Cervantes en Bruselas, donde el responsable del organismo español en la capital belga , Rafael Rodríguez Ponga, recibe y atiende al dictador con el mayor boato posible.

Teodoro Obiang, que se lo debe estar pasando de cine estos días a cuenta de  nuestra peculiar forma de entender las relaciones internacionales, se deshace en agradecimientos hacia la Casa Real en su discurso. Todo un compromiso. Y luego viene lo de la cena, ¡ay la cena!. Que si Rajoy ha ‘levantado’ una entrevista bilateral con el ‘amigo’ Teodoro, que si a cambio Moncloa habría aceptado que los dos se sentaran juntos en la cena de gala de la citada cumbre cuando resulta que no estaban colocados así. Total, ¿qué problema había? Los dos hablan y se entienden a la perfección en la lengua del Imperio y de esa forma tenían un rato para hablar de sus cosas. O de lo que fuera.

Aunque según he leído, la cosa iba por orden alfabético, por lo que nuestro sufrido presidente del Gobierno se perdía –no se puede estar a todo- una oportunidad de oro de charlar con el etíope, que era el que le tocaba. Escucho a Mariano Rajoy en el Telediario decir ‘que él habla con todo el mundo’, como es natural. Pero media hora después leo que ya no, que Rajoy no va a la cena, pero que ha saludado al presidente ecuatoguineano en los márgenes de la cumbre antes de cancelar su presencia en el ágape.

Como dice mi admirado Francás, ‘no-entiendo-nada’. Que sí, que no, que todo lo contrario. Que voy, pero que voy poquito. Pues yo era de los que creían que ir por ir era tontería. Ya veo que esto de la diplomacia y la alta política internacional tiene matices tan sinuosos que a un pobre plumilla como yo se le escapan. Que no los entiendo, vamos, porque si los entendiera diría que se están cachondeando de nosotros a base de bien. Menos mal que, como yo de esto no sé nada, sólo me dedico a contarlo.

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