«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Sorprendiendo al mundo

3 de octubre de 2013

El jueves pasado Montoro dijo: “España sorprenderá al mundo”. Y añadió: “Muy pronto”. Lo que nadie sabía es que iba a hacerlo al día siguiente. No sé si sorprendió al mundo pero desde luego dejó boquiabiertos y estupefactos a los españoles. A todos. Pero especialmente a los más enfermos y más necesitados. No puede asegurarse que la economía se recupera, que estamos saliendo del abismo, y aprobar el copago a los enfermos crónicos y de cáncer. Es una indecencia propia de políticos mezquinos que han perdido el norte, el sur, el este, el oeste y el oremus. Si tienen que hacer esto, quién se cree que la economía va mejor.

 

Cobran a los enfermos crónicos y de cáncer pero ellos siguen con los chóferes, los asesores, las prebendas, las memeces y por supuesto con la financiación de los partidos, los sindicatos y la patronal. Siguen instalados en el boato de los mediocres y en la pompa de los acomplejados, mientras se les llena la boca de servicio público y sacrificio personal. Todo el dinero que hay es para ellos y para pagar un déficit provocado por la negligente, ostentosa, derrochadora y malversadora gestión que de nuestro dinero lleva haciendo, demasiados años, la casta instalada en la política. Menuda mierda de gestores son esos políticos incapaces de dar la asistencia sanitaria debida a las personas que más la necesitan. ¿Para esto nos fríen a impuestos? ¿Cobrar a los enfermos crónicos y de cáncer a la par que aumentar las cotizaciones a la seguridad social? A los autónomos y pymes, que siguen pagando el IVA por adelantado, –vaya con las promesas electorales y los compromisos de Rajoy– pretenden aumentarles la cotización a la Seguridad Social en el momento en que dejan tirados a los enfermos crónicos y de cáncer.

 

Quieren cobrar más por una Seguridad Social en la que los autónomos, además de no tener ningún derecho, si tienen la desgracia de tener una enfermedad crónica o terminal se la van a tener que pagar gracias a Rajoy, Montoro y la inconsciente Mato.

 

 

Soy un defensor del copago por su carácter disuasorio en las urgencias. He defendido el copago como fórmula para garantizar la continuidad y la sostenibilidad de un sistema sanitario del que sólo podemos sentirnos orgullosos. Pero todo no vale. Los únicos pacientes que no pueden engañar, ni abusar del sistema, son los enfermos crónicos y los que padecen cáncer. Con ellos todo es poco. Nuestra solidaridad es egoísta porque ninguno estamos libres de ser un día uno de ellos. Su correcta atención es un orgullo para todos los que contribuimos a mantener la sanidad pública en España. Es inadmisible que esas personas tengan más preocupación por cuánto les cuesta que por lo que padecen. No, no y no.

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