El sábado pasado, en una cadena radiofónica de las llamadas públicas, o sea, pagadas obligatoriamente por todos los contribuyentes, hubo una tertulia acerca de la sumisión. La percha de la que colgaba ese programa era la reciente aparición en España de un libro que lleva por título Cásate y sé sumisa. Está escrito por la periodista italiana Costanza Miriano, y en aquel país es un récord de ventas. Todos los tertulianos admitieron al principio que no lo habían leído. Uno de ellos, al menos, proclamó que tampoco lo pensaba leer. A la vista de esta bochornosa falta de profesionalidad, la directora, que es mujer concienzuda y lista, se apresuró a decir que lo del libro era un pretexto, y que el programa no era sobre el libro, sino sobre la sumisión en general. Pero el daño, ay, ya estaba hecho. Seguramente la directora los volverá a llamar para otras tertulias, que es de esperar que sean sobre materias que conozcan.
Ante lo provocador del título y este prejuicio irracional de unas personas que, además, mostraron una particular hostilidad hacia el hecho de que ha sido publicado por una fundación que depende del Arzobispado de Granada, decidí leerlo sin más dilación. Y me he encontrado con un libro profundo, sólido, sugerente, sobre el matrimonio en este tiempo de provisionalidades, sobre el amor en este tiempo de impactos sentimentales pasajeros, sobre la abnegación y sus recompensas inesperadas en este tiempo de horror al sacrificio por lo que merezca la pena. Y, además de todo esto, me he encontrado con un libro sumamente ingenioso y divertido, que me ha arrancado carcajadas en voz alta cuando lo leía estando solo.
Cásate y sé sumisa dice verdades como puños sin el menor recato. La condición de católica de su autora trasciende todo el libro, pero no es un sermón empalagoso; todo lo contrario. Millones de mujeres, sean o no católicas, se verán reflejadas en sus páginas. La italiana Costanza Miriano, como tantos periodistas honrados, tiene la mente abierta y el corazón grande, y sabe distinguir los hechos de las opiniones y las personas de las conductas.
Por eso, consciente de que el título de su libro es una provocación, explica en qué consiste eso de la sumisión en el matrimonio: “Sólo hay una manera de limar las aristas. Tendrás que aprender a ser sumisa, como dice San Pablo. O sea, a ponerte debajo, porque tú serás la base de vuestra familia. Tú serás los cimientos. Tú sostendrás a todos, a tu marido y a tus hijos, adaptándote, aceptando, dejando pasar las cosas, dirigiendo con dulzura. Quien sostiene el mundo es el que está debajo, no el que se pone por encima de los demás”.
Coda: A este libro seguirá muy pronto Cásate y da la vida por ella. No me lo perderé.