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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Verde y con asas

24 de octubre de 2013

Martes tarde, Rajoy sale del Congreso de los Diputados y se dirige hacia su coche. En estas, una periodista le interroga acerca de qué les puede decir a las víctimas del terrorismo una vez se ha producido el fallo de Estrasburgo y ya conocida la orden de excarcelación de Inés del Río por parte de la Audiencia Nacional. Rajoy le suelta a la periodista, y con ella a todos, sin siquiera detenerse: “Está lloviendo mucho en Madrid”. Monta en el coche y se larga. Tenía razón, en Madrid –aunque no mucho– el martes llovía. Presiento que no por cesar la lluvia sino por la ya anunciada convocatoria de una concentración en Colón este próximo domingo por parte de la víctimas, Rajoy citó para ayer tarde en Moncloa por separado a los representantes de la AVT y la Fundación Víctimas del Terrorismo. Más vale tarde que nunca, ¿o no?

Ya con la fiera Inés en su casa uno se plantea ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Pienso que la explicación es doble. De una parte, varias chapuzas jurídicas, y de otra, decisiones políticas que sólo cobran sentido a la luz de una negociación de nuestros gobernantes con ETA. Jurídicamente la cuestión nace cuando, ya era hora, nuestra democracia suprime la pena de muerte. La chapuza fue no modificar entonces el último código penal franquista, el de 1973, haciendo que de hecho se convirtiera en un reglamento que aplicaba a los asesinatos múltiples una tarifa plana en cuanto a las penas. Esta primera chapuza se subsana al final del felipismo con el código de 1995 dónde ya la redención de penas se puede, si el juez lo estima oportuno, aplicar a la totalidad de la pena impuesta y no a la pena máxima cumplible. Pifia resuelta. La segunda fue que para que este tipo de asesinos, terroristas violadores y demás, no salieran tan pronto, se decidió interpretar para los delitos cometidos y juzgados desde 1973, los beneficios penitenciarios a la luz del código de l995. A esta aplicación retroactiva, doctrina Parot, es a lo que Estrasburgo ha dicho que nones.

El íter político, que no confirma un apaño con los etarras pero no se entiende sin él, son las gestas que, primero en tiempos de Zapatero y ahora en tiempos de Rajoy, fácilmente intercambiables en este ámbito, han resultado vergonzosas. Recordaré sin más los hechos, verde y con asas, para que sean ustedes mismos, no yo, los que añadan el sujeto: botijo. Los verde y con asas de Zapatero: permisos a De Juana que acaba en paradero desconocido, retirada de cargos a Otegui por el fiscal en la Audiencia Nacional, chivatazo en el bar Faisán, sentencia del TC legalizando a Sortu. Los verde y con asas de Rajoy: excarcelación de Bolinaga, juicio del caso Faisán y su incomprensible sentencia, aplicación a la carrera de la sentencia de Estrasburgo y excarcelación de Inés del Río y las que vendrán ahora. ¿Cabe una explicación distinta a la del botijo?
@jmfrancas

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